Hace más o menos un año yo conversé con Eva Reich sobre la necesidad de un artículo como éste. Mientras viajábamos de lugar a lugar ambos oímos relatos sobre violencias en grupos, qué aunque justificadas como una forma avanzada de “terapia” es de hecho una nueva forma de fascismo. Escribir este artículo ha sido una experiencia un tanto dolorosa – si tuviese la oportunidad yo lo hubiera evitado. Sin embargo, no es más posible cerrar los ojos y cerrar los labios para el tema de la violencia en la terapia.
- Violencia terapéutica: La catarsis en la rabia
La cuestión de si los impulsos hostiles y destructivos en el hombre son innatos o adquiridos han calentado el debate psicológico por un largo tiempo. Konrad Lorenz, etimologista, todavía argumenta que es un instinto heredado. El psicólogo Americano John Dollard, hace varios años coloca adelante la visión de que la agresión destructiva fue siempre una respuesta a la frustración.
Tuve muchas discusiones en los circuitos freudianos al respecto de las posibilidades de la existencia o no de un instinto de muerte. Este concepto fue desarrollado con la intención de explicar la persistencia de los impulsos negativos y destructivos en las personas. Wilhelm Reich divergió de los freudianos sobre este asunto, cuando colocó el concepto de que los impulsos violentos destructivos son lo que él llama de vías secundarias, que van a surgir de la negación y supresión de las vías primarias – como el impulso de hacer contacto, la necesidad de amor, la espontaneidad creativa, el trabajo o juego cooperativo.
Tres capas de estructuras de carácter
En la Concepción reichiana sobre las 3 capas de la psique humana, la tercera consiste en todas las formas culturalmente adquiridas de colocarse máscaras, las cuales no esconden solamente los más profundos impulsos primarios, sino también los efectos de sus distorsiones- las destructivas vías secundarias. En la terapia por èl desarrollada, Reich observó que una penetración por abajo de la superficie de las defensas de carácter llevaría al surgimiento de una interligación mutua entre los impulsos primarios y los secundarios. El desafío de la terapia estaría en ayudar una posible desconexión entre estos impulsos, para qué, de esta forma, la furia y el odio pudiesen ser liberados, siendo abierto, así, un espacio para la alegría e interacciones humanas de placer.
Reich escribió:
En las ideas éticas y sociales del liberalismo, nosotros podemos ver la representación de la capa superficial de carácter, de auto- control y tolerancia. La ética de este liberalismo sirve para mantener lejos la fiera en el hombre, o sea, la segunda capa, nuestros impulsos secundarios, el inconsciente freudiano… Así, en contradicción tanto al liberalismo, que representa la capa superficial de carácter, como a la Revolución genuina representada por las capas más profundas, el fascismo representa, esencialmente, la segunda capa de carácter, aquella de los impulsos primarios. (1)
En las terapias, donde esta distinción no es sostenida con claridad, la remoción de la capa superficial hace liberar primero, y de una sola vez, los impulsos primarios y secundarios. Las personas pueden fácilmente ser seducidas, en sus deseos por impulsos primarios, a una aceptación de los secundarios. De esta forma, el amor a la espontaneidad puede caminar lado a lado con indulgencias fascistas de violencias. La bella y la bestia son las caras gemelas que se muestran y nos encaran cuando las máscaras de nuestro carácter, finalmente, caen en el suelo.
Patear, pegar, morder y otros tipos de expresiones biológicas del odio son formas utilizadas en la terapia reichiana y en la bioenergética como oportunidad de liberación catártica de los impulsos violentos y destructivos. Reich dice que para que esto suceda con seguridad, es necesario que el ego de la persona involucrada tenga cierto nivel de estructuración. Algunas personas raramente contienen sus propias violencias, y solamente estarán listas para la oportunidad de expresarlas exteriormente, cuando ellas tengan desarrollado la habilidad de confrontar sus impulsos voluntariamente, cuando así fuesen buscados. En mi libro la responsabilidad de la conciencia (2) yo hago un comentario sobre esta cuestión, en función de las personas descontroladas. Una persona con un ego razonablemente estructurado es capaz de focalizar y direccionar su odio, en la medida en que se torna inofensivo para sì y para los otros, y no se mete en comportamientos peligrosos. Pateando el colchón o golpeando un almohadón ella expresa un alivio de los sentimientos destructivos, hasta entonces reprimidos, y, al mismo tiempo se protege de posibles acciones peligrosas. Si esta distinción no es hecha, se crea, entonces, una situación que nos es conocida como exteriorización. En la exteriorización la persona escoge, en la convivencia social, entregarse a sus sentimientos y expresiones violentas acosta de los otros.
Alexander Lowen y John Pierrakos, en una monografía sobre el tema, nos dan una descripción bien clara sobre las realidades de las expresiones de violencia. Ellos escriben:
El comportamiento violento es una reacción natural que se manifiesta cuando la libertad de alguien está siendo amenazada, y esto es tan verdadero para los adultos como para los niños.
Sin embargo, no siempre ella origina libertad para la persona- violencia genera violencia, y en la lucha que sigue aquel que tenga la mayor fuerza vencerá. Así, sería mejor contener el acto violento, sin embargo esta decisión debe ser tomada, con más acierto, basada en las circunstancias de la situación dada, de que en principios éticos. Un hombre puede rehusarse a entrar en una lucha, si esto le va a salvar la vida. Sin embargo, él tiene el derecho de luchar, si su libertad está siendo amenazada…
la violencia puede ser una expresión patológica, y así es cuando no está relacionada a un real impedimento de la libertad de la persona. Sí, por ejemplo, la represión ocurre en el pasado, entonces sería patológico responder violentamente cuando la provocación se da en el presente. De esta forma, si la represión es impuesta por uno de sus padres, es patológico liberar la violencia sobre un hermano más nuevo. Los problemas ocurren porque pocos padres permiten que sus hijos respondan violentamente a las frustraciones, tienen ellos, así, que encontrar más tarde un objeto sustitutivo para la liberación de la violencia, o entonces guardarla para un tiempo posterior…
expresar exteriormente violencias reprimidas, esto es, desbordarlas inapropiadamente, no tiene valor en el sentido de la liberación de la persona de su estado de prisión. Considere el caso de que un padre golpea en su hijo, porque éste lo desafía, o por que no obedece a su mandato. No existe una conexión directa entre la violencia del padre y el comportamiento de su hijo, porque ni el desafío del hijo, ni su desobediencia restringe la libertad personal del padre. La violencia del padre indica, probablemente, que su libertad fue impedida por su propio padre, que le exigía obediencia y no toleraba desafíos. El golpear en su hijo indica que él está expresando exteriormente (acting out) la violencia pertenecida a un tiempo y situación diferentes. El efecto de tal acto es el coartar la libertad del hijo, mientras que el padre, a pesar de su sentido de libertad económica, se vuelve todavía más preso, aunque aquietado. (3)
-Violencia con seguridad
Jerome Liss, la primer persona en organizar un grupo de encuentro en Gran Bretaña, nos da un interesante relato de cómo un grupo terapéutico puede crear la posibilidad de que las personas experimenten la violencia con seguridad. Sigue su descripción:
Las personas necesitan de ambientes seguros en que puedan trabajar sus violencias reprimidas, las cuales pueden ser una puerta de entrada para el amor. Nuevos grupos nos pueden enseñar como la expresión de la violencia puede ser absolutamente segura. En el diccionario encontramos dos significados para la palabra violencia: ‘exteriorización de una fuerza física con el intento de herir o de ofender’ y también, ‘acción vehemente o fervorosa’. Nosotros necesitamos oportunidades donde podamos actuar con gran intensidad o, en otras palabras, usar la violencia con seguridad, porque impedir que el fervor y la vehemencia ocurra en nosotros, es impedir el entusiasmo, la necesidad y el gran interés por la vida- y esto puede significar un gran quiebre. Necesitamos más espacios seguros dónde podamos actuar con fervor, para que nuestras pasiones no mueran.
Liss nos cuenta un caso de un hombre llamado Ted, que se encuentra deprimido. El grupo lo ayuda a focalizar su atención en una figura negra, siniestra, que se cierne sobre él:
Ted se levantó temblando, respirando con dificultad y gimiendo. Mostrándose en intenso pánico, se fue contrayendo hasta quedar en una postura uterina. De repente salió de esta postura y comenzó a girar por el aire, como si violentamente, estuviese atacando a la tenebrosa criatura; y gritó; ‘yo te odio, yo te odio! ‘continuo gritando y golpeando a la sombra hasta el olvido, después de haber liberado toda su energía. Luego cayó al suelo, lloro, y entonces dijo con alivio: ‘luché contra el fantasma!’.
Para una claridad total, el pánico que Ted sentía necesitaba ser combatido en una situación en que pudiera expresar su violencia con seguridad. El fantasma estaba invadiendo su cuerpo y representaba el condensamiento de todo mirar sospechoso. Ted necesitaba atacarlo físicamente para anular esa fuerza alienígena. Solamente palabras no lograrían vencer la batalla. (4)
En el proceso de crear situaciones, tanto en sesiones individuales, como grupales, el terapeuta debe estar atento el hecho de que, para algunas personas, la expresión de la rabia es una opción fácil, que encubre otro sentimiento, como el miedo, que es bastante más difícil de contactar. En trabajos de raíz, existe una estructura conocida como miedo encubierto por la rabia donde esta situación es muy común. Debe lograrse un equilibrio entre una práctica vàlida de participación en una intensa experiencia de rabia, que debe ser madurada para ser sentida, y la autoindulgente recreación de circuitos reverberantes de expresiones de rabia, que bloquean el surgimiento de impulsos más profundos – y debe preparar el camino para nuevos insights y una nueva organización emocional. También las necesidades de la persona retraída, que puede estar ante el peligro constante de fragmentación por la fuerza de sus propios sentimientos destructivos, deben ser constantemente recordadas. Le experiencia de contención y reconocimiento de los poderosos sentimientos destructivos es al menos, tan importante como su liberación por la catarsis (con focalización). Stanley Keleman nos presenta un razonable examen sobre estas cuestiones, en su artículo sobre la catarsis y los principios formativos en terapia. (6)
- Violencia emocional: Presión Maléfica
Por causa de que algunas de estas distinciones cruciales no fueron entendidas, es frecuente la situación encontrada en grupos terapéuticos o en sesiones individuales, donde el objetivo es el desbordamiento de la rabia. Una variedad de estructuras grupales provocativas es usada con el intento de alcanzar este objetivo. Esto significa que el líder comienza a orquestar la energía emocional del grupo en términos de una emoción preseleccionada por él, siendo que la expresión catártica resultante puede ser justa para algunos, muy equivocada para otros y fuera de lugar para otros tantos.
Reich desarrollo poderosos instrumentos de análisis del carácter, que usò para ayudar a las personas a confrontar sus actitudes rígidas, y para la liberación de energías por las cuales ellas serían modificadas. Alguno de estos instrumentos de confrontación fueron rescatados y adaptados para trabajos de grupo por los movimientos de encuentros.
Una línea estrecha separa el uso benigno del retorno (feedback) hecho por el líder o por el resto del grupo (en cuanto acción benevolente, que ayuda a los individuos del grupo a verse como los otros los ven, y que les da algunas sensaciones de cómo ellos invaden los límites del otro), del uso de tal feedback de una forma negativa o malevolente (cuando atacan al otro como enfrentamiento a la coraza de su carácter, generando consecuencias antiterapéuticas). Así, los grupos de encuentro pueden ser agradables o dolorosos, como nos dice Joel Kovel:
Entregando a la naturaleza aquello que se encuentra atrás de nuestras ‘máscaras’, el escribió: los grupos de encuentro pueden llevar a una gran hostilidad, combinada con la infeliz tendencia de los grupos a buscar chivos expiatorios. Esto significa claramente, con frecuencia, que algún alma vulnerable recibirá más abuso de lo que él o ella pueden soportar. (7)
– Chivos expiatorios y vandalismo grupal
La tendencia de los grupos de tomar como chivo expiatorio a un miembro, que por alguna razón no se ajusta suficientemente a sus normas, debe ser mirada con bastante atención y combatida, por todo líder sensible. El proceso de hacer del abuso verbal un arte refinado, no encuentra en ningún otro lugar mayor desarrollo que en el experimento original de Synanon. En sus comunidades terapéuticas para drogadictos, la violencia emocional- gritos, insultos y abusos verbales- era alentada, mientras que todo tipo de violencia física era totalmente prohibida. Los enfrentamientos en la comunidad ocurrían, sin embargo, dentro de ciertas reglas definidas. Una de ellas era la exclusión de actividades destructivas que ellos llamaban vandalismo grupal (rat-packing). El vandalismo grupal sucede cuando todo el grupo, o la mayoría se vuelven contra uno de los miembros descargando en él una gran cantidad de carga emocional negativa, en un contexto que implica a muchos contra uno.
Carl Rogers, de varias maneras el padre del movimiento de grupos de encuentro, tiene algunas cosas interesantes que decirnos sobre los líderes, que él siente que necesitan trabajar correctamente, en un contexto grupal, con los sentimientos de las personas. Yo no recomiendo, él escribe: un facilitador que escoja abordajes de apenas una línea de trabajo, como el único elemento esencial en el proceso grupal». Para algunos, el ataque a las defensas es el sine qua non, para otros, el desbordamiento de las pasiones básicas en cada persona, es su canción de una sola nota. Yo tengo un gran respeto por Synanon y la efectividad de su trabajo con los drogadictos, sin embargo, soy repelido por su precitado dogma, de que el ataque inflexible, basado o no en sentimientos falsos, es el criterio por el cual un grupo debe ser juzgado exitoso o no. Yo quiero que la hostilidad o la rabia sean expresadas cuando se hacen presentes, y quiero expresarlas, yo mismo, cuando ellas sean genuinamente sentidas en mí, sin embargo, existen muchos otros sentimientos y sensaciones y ellos tienen igual importancia en la vida y en el grupo.(8)
Vamos a dar una mirada en uno o dos ejemplos de vandalismo grupal. El primero ocurrió en un grupo en Londres, y es descripto por Glyn Seaborn-Jones, que también relata su propia intervención en el sentido de parar la situación y disminuir sus efectos. Seaborn-Jones hace una distinción entre la inhibición benigna y la inhibición maligna. La inhibición maligna sería el proceso de represión y control excesivo que está atrás de la tensión neurótica y de la fachada emocional. Por inhibición benigna él se refiere al proceso de control egoico y contención, que primero discrimina cuàndo y dònde una liberación de los deseos reprimidos es apropiada, y cuando no lo es, detiene la liberación. Si nos olvidamos de esta complejidad, él escribe: existe un peligro de crear una tiranía comparada a aquella que produce la neurosis, sin embargo con exigencias contradictorias». Debo, con alguna extensión, mencionar su relato sobre la «nueva tiranía.
-La nueva tiranía
Los padres exigen efectivamente: ‘anula tu rabia o yo te rechazo!’, y el terapeuta o el grupo sin experiencia pueden estar, abierta o encubiertamente, exigiendo: exprese su rabia espontáneamente o te rechazo!.
Puedo ilustrar esta nueva tiranía por un incidente que sucedió en un grupo de entrenamiento bien maduro, que yo estaba conduciendo. Una persona del grupo, Berenice, se ofreció como voluntaria para trabajar en un problema que era central en su vida. Ella sentía que las personas la estaban rechazando, ella no sabía decir porquè y no podía hacer nada para modificar la situación.
A mi pedido, ella escogió dos miembros del grupo, un hombre y una mujer, que sentía que la estaban rechazando. Cuando desafiados, ambos acordaron que ella los estaba irritando por su hábito de ponerse legal y razonable, y hacer discursos en situaciones donde todos podían ver claramente que ya estaba sintiendo bastante rabia.
Con la continuación del diálogo ellos quedaron con mucha rabia; golpearon almohadas y gritaron para ella, exigiendo: Muestre sus sentimientos! Pare de fingir.
Uno por uno, el resto del grupo fue quedando emocionalmente involucrado- cinco de los miembros se exasperaron y gritaron a Berenice, dos quedaron bastante angustiados y comenzaron a llorar, otros dos los consolaron, y dos fueron tomados por una carcajada bien embarazosa.
Yo permanecí distante (inhibición benigna), esperando para ver si la provocación haría descargar la rabia de Berenice. Ella expreso, sí, un poco de su rabia, gritando: fascista a una mujer que la había confrontado, pero cuando el número de los atacantes aumento, ella nuevamente se congeló, y a medida que crecía todavía más, ella cayó en llantos.
Para mí quedó claro que su miedo se había vuelto mayor que su rabia. Dije para el grupo, entonces, que su acusación de fascista, que había provocado carcajadas en algunos, era plenamente justificable.
Ella estaba experimentando una tiranía similar que la hecha por su madre, sólo que con la intención opuesta: exprese su rabia o te rechazó, al revés de: modifique o supere sus sentimientos o yo te rechazarè.
También dije que lo que varios miembros del grupo estaban atacando, era la imagen de espejo del niño (o la niña) confuso y miedoso que vive dentro de ellos. El niño bajo presión de hacer, en aquel tiempo ella no podía ser, ahora expresa sus sentimientos.
Una mujer, entonces, acordó con esto y dijo que si estuviese en el lugar de Berenice ella hubiera huìdo de la sala. Sí, pero Berenice tiene mucho coraje, yo afirmè.
En este punto, yo hice una pequeña señal, y todo el grupo acogió a Berenice como un bebé. Para Berenice, este contacto significó el alivio de ser totalmente aceptada después del miedo del rechazo total, y para el resto del grupo, esto significó el alivio de tener la oportunidad de compensar por el brutal ataque en masa contra alguien que está luchando contra el mismo problema que ellos: Falta de espontaneidad.
Este incidente ilustra tres cosas: El peligro de la inversión de la tiranía; la necesidad de inhibición benigna de los impulsos de rabia por parte del conductor; y la importancia de la interpretación ocasional en grupo. Mi interpretación diò un giro de 180 grados en el grupo: Un grupo sin líder, o un grupo con un líder sin experiencia o insensible, puede fácilmente expulsar o paralizar, o hacer un lavado cerebral en un miembro; por tornarse un campo de caza. (9)
El incidente que narrarè ahora es un ejemplo de vandalismo grupal que no fue detenido por el líder, sin embargo alentado; me lo pasò una mujer que encontré en un grupo en el que participamos juntos en Stirling. El hombre que fue víctima era un íntimo amigo suyo- yo lo debo llamar John. Él estuvo en un grupo de encuentro que duró 7 días, y luego en el primer día el líder de grupo le dijo: yo lo agarro antes de que este grupo termine. En el último día del grupo, el líder invitó a que todos le den solemnemente, sus feedback negativos a John, terminando con el suyo propio. No hubo ningún retorno positivo. El grupo entonces acabó, y John se fue sintiéndose emocionalmente partido, sin valor y con pensamientos suicidas. Esta situación continúa por varios meses después de que el grupo haya terminado; llevò un buen tiempo para que él comenzase a juntar y recobrar los pedazos de auto respeto que había perdido. Colocado en el lugar de chivo expiatorio, él no sacó nada de valor de esta experiencia. No hubo ningún efecto purificador, ningún crecimiento nuevo a través de la quiebra de armaduras de su carácter; hubo solamente un profundo sentido de desprecio, lo que él sintió como la experiencia singular más dolorosa que le sucedió en toda su vida.
En un estudio en la universidad de Stanford, en California, por Matt miles, Mott Líberman y Yre yalom, fue hecha una investigación sobre estilos de líderes de grupo y sus posibles efectos en los participantes. Sus conclusiones generales fueron que: un tercio de los miembros fue claramente beneficiado por la terapia, y su efecto durò por lo menos 6 meses después que está terminó; un tercio tuvo un provecho relativo, por un perìodo no muy largo; y en el restante o dejaron en el medio del recorrido, o fueron afectados adversamente.
Ellos llamaron a los acontecimientos de esta última situación casualidades, y descubrieron que ellas formaban el 8% del total del grupo estudiado. Las casualidades le sucedieron a aquellos que ciertamente experimentaron severos sufrimientos, hasta aquellos que no se sintieron bien, pero que se sentían capacitados a buscar otro trabajo terapéutico, que los ayudasen a transponer los efectos dejados por la experiencia anterior. Los grupos más perjudicados eran aquellos que los líderes se presentaban como legales y distantes o muy agresivos, o hasta ambos, combinadamente. Donde los líderes se mostraban más cálidos no sucedían severas casualidades en los participantes. (10)
El número de estilos de líderes de grupo es el mismo de tipos básicos de carácter. Los tipos más perjudiciales de líderes son aquellos en donde encontramos trazos del carácter psicópata. De esta forma, en este punto, sería importante recordar algunas cosas de aquello que conocemos del carácter de tipo psicópata, pues hay en él, ciertamente, la combinación de la distancia agradable con una agresiva manipulación de los otros.
Alexander Lowen nos da un completo relato sobre el comportamiento psicópata, el cual nosotros presentamos aquí, a través de la extracción de una parte de uno de sus artículos sobre el asunto.
– El carácter psicópata
El psicópata puede hacer o decir cosas que herirán a otra persona, y al mismo tiempo permanecer desatento de los efectos de sus acciones. Sus hostilidades no son deliberadas y, probablemente por causa de esto él no ve ninguna brutalidad en sus acciones. El puede, con razón, negar la intensidad de un acto, pero va más lejos y niega su obvio significado.
Los psicópatas son notoriamente personas presumidas. Pueden hacer que usted crea que tienen razón en sus palabras; porque creen en ellos mismos, o porque ellos no creen en nada más. Pueden convencerlo a usted de que son inocentes, igualmente cuando usted personalmente testimoniò alguno de sus actos errados; ellos consiguen persuadirlo por sus increíbles aberturas… si ellos son indiferentes o insensibles a usted, es porque usted realmente no existe. Ellos lo tienen como una imagen en su mente y su reacción estará ligada a esta imagen, y no a alguien consciente y corporal. Ellos lo pueden destruir a usted con impunidad, porque todo lo que estarían haciendo sería apagar de sus mentes una imagen.
… ellos pueden abstraerse a un nivel cósmico convirtiéndose en un Místico. En este nivel, ellos pueden hablar de sentimientos, sin embargo, estarían hablando, realmente, de abstracciones o fantasmas, que no dicen de los sentimientos cotidianos de los seres humanos, para quien la vida es una lucha por el simple placer y felicidad.
… casi invariablemente, alguien puede encontrar a los psicópatas rodeados de seguidores- ellos los necesitan, y usarán de todos los trucos para conseguirlos… ellos promoverán, harán promesas, y proclamaran sus luces, sus consejos, sus excitaciones y sus desafíos. Ellos se colocan como superiores porque no necesitan de nadie, siendo vistos como salvadores por las personas desesperadas, miedosas y por las personas perdidas. Ellos no se manifestarán como aquellos que están por encima de toda la lucha humana?.
personas que son psicópatas o que tienen fuertes tendencias psicópatas pueden ser encontradas en todos los campos de actividad y trabajo humano. Nuestras propias profesiones de psiquiatría y psicoterapeuta no son inmunes a ellos.
… el psicópata es conocido como un manipulador, ellos actúan así, manipulando y maniobrando, en el sentido de hacer a otras personas reconocerlos como especiales. Todos nosotros que manipulamos a otros tenemos este pensamiento en mente. Todos nosotros que tenemos dentro una imagen secreta de ser especiales estamos siendo manipuladores. El campo terapéutico no deja de tener su elemento psicópata, cuando promete salvarlo, rellenarlo, actualizarlo, etc. La verdad, esas son perspectivas manipuladoras preparadas para que usted vea al líder como especial; él tiene las respuestas, conoce el camino, él puede decirte o mostrarte como usted puede seguirlo. Las personas caen en esas promesas porque están desesperadas y perdidas. (11)
El problema con los líderes psicópatas es que ellos no solamente atraen a los tontos y los perdidos, también aquellos cuya desesperación puede tomar la forma de una necesidad compulsiva de desbordar su violencia, física o emocional. Esto puede convertirse en escenas ritualistas de humillación o dominación, en las cuales las fantasías del psicópata son vividas dramáticamente. George Bach nos enseñó un juego llamado el mercado de esclavos, el cual él describe adelante:
– El mercado de esclavos
en este ritual los participantes tienen la oportunidad de experimentar una situación en que ellos se encuentran en una relación de total sumisión, y después en una de total dominación; cambiando de papeles frecuentemente, ahora asumiendo el papel de señor, ahora el de esclavo, y viceversa… Como prioridad para un compromiso formal en el juego, un tiempo límite es acordado; normalmente de 3 a 5 minutos, y, una decisión de quién asumirá cuál papel primero, es hecha. La persona que quedó con el papel de esclavo, establece entonces, ciertos límites, indicando específicamente aquello que no le gustaría que le pidan hacer (por ejemplo: yo no quiero tener que cantar o comer en el suelo). Así, una vez que el ritual allá comenzado, el esclavo es sometido a hacer, inmediata y completamente, aquello que le fue comandado, desde que los límites establecidos sean respetados. (12)
Las limitaciones descriptas por George Bach establecen dentro de ciertos límites, un contrato. Sin embargo, en tales rituales, la esencia de la violencia está en ellos al ser comandados por las necesidades de un miembro, o por el líder, contra los deseos de los otros, o de una forma que los deseos ajenos no sean respetados. En un grupo dirigido por el mismo líder que estuvo envuelto en el direccionamiento del» vandalismo grupal» a John, un miembro estableció, con el consentimiento del líder, un ritual en el cual él representaba el papel de un guardia del campo de concentración, y a los otros miembros se les requirió representar judíos en camino de una cámara de gas, en un tipo de psicodrama neo fascista. Las completas implicaciones de lo ocurrido, subterráneas, que tal actividad puede traer a flote, serán más tarde desarrolladas en otra parte de este artículo.
Alan Harrington, en su sublime libro sobre los psicópatas, sugiere que: bautismos psicópatas son ofrecidos por estos grupos, los cuales son desarrollados por nuevos sacramentos (aunque neo paganos) embutidos de auto humillación y confección crìstica. Psicopatía y cristiandad se mezclan, y la dignidad es deliberadamente perdida. Solamente frustración y ansiedad son sentidas como maléficas, todo lo demás se va…. El grupo de encuentro, entonces, frecuentemente se vuelve un ‘play -ground’ psicópata y una presumiblemente útil cámara de tortura, en la cual las inmadureces emocionales socialmente desaprobadas – algunas veces comportamientos brutales, insensibilidad y agresiones explosivas a otros- se tornan la Norma. (13)
Grupos conducidos por A A Kommune, en Austria, típicamente, cultivan tales play- grounds. Un fuerte relato a este aspecto fue dado por Peter Eedy, en una entrevista a Wolfgang Karner, después de su visita a la comunidad.
Otras impresiones al respecto de las presiones emocionales generadas en tales grupos nos son dadas por una carta llegada de Israel, escrita a AA Komune, por Rafi Rosen, después de su visita a la comunidad.(14)
…mi miedo viene de la sensación de confrontar a un grupo de personas experimentadas y poderosas (su grupo de Liderazgo), que utilizan técnicas sagaces de agresión, fundadas en relaciones terapéuticas orientadas para fragmentar a las personas.
…ellos hacen el juego terapéutico de quebrar corazas y liberar a las personas, pero en la realidad, lo que hacen es intentar destruir a las personas, y solamente mantenerlas en sus miserias. En 2 años de convivir en la comunidad, ellos no ayudaron o apoyaron a nadie, sin embargo, realmente, se abrieron todavía más las personas más vulnerables y frágiles a sus miserias, toda vez que ellas buscaban auxilio. La racionalización para esto es que todos deben luchar por la salida por su propia cuenta; pero, la realidad es que la mayor parte del grupo es reprimida y mantenida en su miseria, o evita cualquier contacto ‘terapéutico’ con él líder del grupo.
“las motivaciones del grupo de Liderazgo son vistas, no obstante, en las expresiones de crueldad y odio en sus caras, y en el placer que tienen al ejercitar los juegos terapéuticos».
“es diferente, claro, para las personas que llegaron de sus pequeños mundos familiares, totalmente descuidados y con una alta dosis de rencor agresivo. Ellos compiten fácilmente con el grupo de Liderazgo, y luego temprano disfrutan del entonces llamado juego terapéutico en la silla del líder».
Robert Hacco, que visitó la comunidad en 1975, me escribió diciendo que los miembros que eran considerados negativos eran una media de entre 15 y 60, los otros los reprendían por no hacer suficientes análisis, por no hacer el amor, o por no trabajar cooperativamente:.. yo también puedo decir que el grupo, y aquellos que lo estaban liderando, hacían mucha presión sobre los otros, sin embargo no utilizaban ninguna violencia física.
– Masoquismo y humillación
Cuando Peter Eedy visitó la AA Kommune en Viena, él se dio cuenta de la relación entre la manipulación de los sentimientos, hecha por el líder Otto Muhl, y los patrones masoquistas en algunos miembros del grupo.
…parecía que Muhl estaba interesado solamente en intentar antagonizarse a mí, provocarme; no existía ningún intento suyo de establecer una comunicación humana. Èl parecía bastante interesado en humillarme…. Y, humillación es un elemento prominentemente significativo en la estructura masoquista – humillar y ser humillado-. Yo descubrí que esto era algo común en el proceso terapéutico. Intenté explicarles que existía una forma más humana de hacer terapia, que humillar a las personas o forzarlas a actuar en el centro de grupo. Ellos decían que no era forzándolos, pero desde el primer momento que lleguè allá, percibí una presión incondicional sobre todos, en el sentido de que actuarán siguiendo las normas de la comunidad, y no, siguiendo sus propios valores y sentimientos. Ellos no tenían ningún respeto por las defensas del ser humano… Una persona no debe ser forzada a desistir de ella misma, esto puede llevarla a un colapso, lo que es muy perjudicial y peligroso. (15)
Cuando Eric Edwards escribió su artículo sobre masoquismo y violencia el apuntò algunas características cruciales en la relación entre padres e hijos, y, que podrían también ser encontrados en la relación entre el líder psicópata y ciertos miembros del grupo. Nosotros debemos recordar que estas dos reacciones de carácter son polarizadas de la forma en que sugiero en mi artículo sobre estrés y carácter. (2)
Edwards escribió:
los niños están aprendiendo que no pueden funcionar a no ser que sea forzado, entonces, la creencia en el natural desarrollo del proceso corporal es perdida… El masoquista es aprisionado en sí mismo, dejando de lado su movilidad espontánea.- usualmente el ha sido el chivo expiatorio en la familia, atrayendo toda la hostilidad disponible para redirigirla… ‘fuérceme a sentir algo’, es lo que él (el masoquista) está diciendo de acuerdo con su patrón de aprendizaje.
… Mientras tanto, el mecanismo de salvación a través del sufrimiento no debería ser elevado hasta una doctrina, y nosotros no deberíamos dar apoyo a la siguiente ficción: aprenda a soportar sus castigos como un hombre. Resumiendo:
el latido sirve para que la persona se sienta actuando con vigor;
la pasividad lleva al apaciguamiento;
la identificación con el papel activo lleva a la venganza;
el odio en el carácter masoquista es partido en tres niveles:- el ego es resentidamente obediente y/o rebelde con un súper ego aplastante (sado- masoquismo interno); y lo que sobra es re direccionado para afuera, en relaciones provocativas y rencorosas… La base de este proceso es que el poder es lo que es correcto, y es apoyado por la fuerza física o por la coacción mental (guerra psicológica). (31)
En Synanon la esposa de uno de los miembros fue castigada teniendo que colocarse una correa en su cuello, siendo forzada a arrastrarse por el suelo con sus manos y rodillas. (26) Es claro que, mientras los masoquistas traman este tipo de humillaciones, las esposas que no tienen nada que ver con el masoquismo pueden ser forzadas, por la manipulación psicópatica, a colocarse en una posición masoquista; en cualquier situación en que la coerción grupal es usada para desarmar las defensas naturales de estas personas.
Este tema volverá a ser abordado en las últimas partes de la siguiente sección, sobre violencia física.
- Violencia física: La ansiedad de muerte
– Némesis de la medicina
La violencia física comienza con contusiones. Que es una contusión ? – le pregunté a Stanley Keleman:… una contusión es el rompimiento de venas sanguíneas, el respondió. Entonces, si un terapeuta lástima a un cliente por una presión pesada sobre sus músculos, el estará rompiendo sus venas sanguíneas.
Cuando Eva Reich escucho historias de pacientes, en terapias Reichianas o Neo-Reichianas, que han sido lastimados dolorosamente por presiones pesadas, ella hizo una simple pregunta: mi papá lastimaba las personas?
El concepto de que para quebrar la coraza se necesita de dolor físico es bastante cuestionable. Cuando en el dolor, el organismo se contrae para defenderse, incluso si se suelta en otro lugar ante el toque de los dedos del terapeuta.
Wilhelm Reich estaba en contra de las drásticas manipulaciones y las pesadas presiones musculares. El usaba los términos: exprimidor muscular y aplastador de corazas para designar aquellos que trabajaban con abordajes de duro-puño contra las tensiones musculares de los clientes. Yo escribí largamente sobre este asunto, en un artículo en que tracè la evolución de los métodos vegetoterapéuticos. (16)
Incluso los buenos terapeutas, en tiempos, fallaban en el reconocimiento de las limitaciones del cuerpo y negligenciaban al no prestar atención a la resistencia de los tejidos, hasta llegar a ignorar el punto natural de rompimiento de huesos. Un terapeuta corporal dinamarqués, una vez quebró una costilla de un cliente por presionar muy fuerte su tórax, en el intento de soltar todavía más su respiración. Una organización Neo-Reichiana, 2 años atrás, da entre sus practicantes relatos confidenciales de sus clientes sobre contusiones que habían sufrido durante el tratamiento. Cuando Ivan Llich escribió sobre los efectos iatrogénicos (enfermedades causadas por el tratamiento médico) él no se refería a terapeutas que trabajaban con tensiones musculares, pero sus críticas son perfectamente aplicables en nuestro caso. (17)
Presión emocional encima de lo suficiente puede generar daños en el cuerpo físico de la persona, como también la terapia primal prolongada puede causar más estrés que alivio y, también preparar el camino para la formación de úlceras y problemas de piedras en los riñones y la vejiga. La respiración excesiva puede ser mortal. En algunas formas de trabajo de Rebirthing, la hiper- ventilación deliberada es alentada hasta el punto en que la tetania (debido a demasiada liberación de dióxido de carbono y a la alteración del balance de calcio en los músculos) comienza a manifestarse. Es claro que estados alterados de conciencia pueden producirse, por tales medios, un sentido de extensión del espacio, que puede tanto crear ansiedad como placer, dependiendo del carácter y del estilo corporal de la persona. Los terapeutas que trabajan con estos tipos de despertar deben estar conscientes que Reich llamó estos trabajos cirugía emocional, y avisò que no debería ser llevado adelante por aquellos sin las calificaciones adecuadas. De la misma forma, como creo que existen varias maneras por las cuales las personas se pueden ayudar en el relajamiento emocional en pequeños grupos auto-regulables (19), yo sostengo fuertemente la visión de Reich de que solo aquel que fue entrenado en medicina puede hacer cirugías.
Un hombre que fue inducido a una hiperventilación en un grupo terapéutico en Alemania, quedó inconsciente y no recobro los sentidos. Esta fue la primera muerte causada por la provocación de una ultra- respiración, que tuve noticia. Espero que no exista ninguna otra.
– Enfrentamientos y consentimientos
En los grupos de encuentro, la violencia ocurre, pero obviamente, entre participantes, y usualmente alentado por el lìder del grupo. Yo no estoy aquí preocupado con la violencia psicótica que explota sin avisos, ya que tal violencia es normalmente vista como no deseable, por el líder y por el resto del grupo, como también es buscada intencionalmente.
El problema general de cómo evitar reacciones psicóticas en los grupos es una materia aparte, que no pretendo tratar aquí. La violencia física que abordaremos aquí es la que sucede mientras desbordamos la rabia y la hostilidad entre miembros, en la forma de ataques físicos. Me gustaría hablar sobre tres tipos de ellas, específicamente: Peleas controladas, peleas sin límites, y una forma especial de pelea sin límites- el vandalismo grupal.
Peleas controladas son claro, un deporte. Yo ya entrené Judo, y me enganché, con considerable placer, oponiendo mis fuerzas y habilidades a las del otro, y ejercitando mí agresión física con total furor. En ocasión de mi última graduación, en un salón de judo, yo competí con tu hombre que era, más o menos, 25 kg más pesado que yo. Si él me tuviese inmovilizado en el suelo, yo hubiera tenido poca chance; felizmente conseguí vencer la competencia moviéndome más rápido que él, y obteniendo el éxito después de haberlo tirado al suelo.