A Propósito de la Drogadicción.

1995. Serie de charlas efectuadas en colegios secundarios durante el año 95′

Como ser humano y psicólogo es mi interés abrir un espacio con ustedes para hablar acerca de un tema que nos atraviesa a todos, ya sea directa o inderectamente. Me refiero a las Adicciones.

Lo que define de manera directa esta problemática es el vínculo que se establece entre una persona y un objeto. Se trata de una relación que genera sometimiento y dependencia por parte de la persona. Existen muchos objetos en la vida que pueden generar ese tipo de vínculo hasta inclusive una persona puede ocupar el lugar de dicho objeto (juegos electrónico,televisión,etc).Me voy a referir entonces a la drogadicción en particular dejando en claro que existen otro tipo de adicciones. En este caso es la droga la que ocupa el lugar de objeto adictivo, y es toda aquella sustancia que ingerida a través de diferentes vías pruduce modificaciones tanto orgánicas como psíquicas, emocionales. Cada droga altera de manera particular a la persona con distintos grados de consecuencias. Mas adelante hablare de ese tema en particular.

Es estructural a la cultura y estructural a lo humano la condición de que algo siempre falte, y eso es justamente lo que nos mueve a hacer cosas. Si todo estuviera resuelto en nuestras vidas no habría motivo alguno que nos mueva a trabajar por ejemplo o a estudiar. De esta manera siempre vamos haciendo cosas que nos llenan pero que a la vez nos dejan en falta y así es como vamos creciendo y desarrollándonos como personas. Por ejemplo aprobar primer año nos llena pero no nos completa y es así como iniciamos segundo año,etc. En la adicción tenemos entonces un objeto que ilusiona a la persona con que todo ya está resuelto, con que nada falta, con un ideal de completud. De esta manera es como si se detuviera el movimiento de crecimiento ya que no hay sensación de que algo falte y por el contrario es como si todo ya estuviera dicho y resuelto. Justamente la vida es movimiento,como el arroyo de agua que siempre fluye, y es hablar lo que nos pasa y lo que no nos pasa tambien. Aquí tenemos una característica fundamental en este tipo especial de relación que mencionaba al principio de sometimiento y dependencia y que es justamente la dificultad de hablarse, nombrarse como persona de alguna manera, como si a aquel arroyo le colocásemos un dique y repentinamente dejase de fluir dejase de moverse . Todo lo que ocurriría después de ese dique seria sequía y baja probabilidad de un desarrollo ecológico del lugar.

El encuentro con la cultura, la vida en sociedad nos muestra que la vida trae frustraciones y satisfacciones, con el consumo en cambio todo aparece como satisfacción, por eso y bajo la creencia de que se puede  hacer desaparecer la frustración la persona queda sometida y dependiente.

Así como la niñez, la adultez, y la vejez tienen problemáticas específicas de ese momento evolutivo, la adolescencia también tiene su especificidad, sus características especiales. Es naturalmente crítico en el sentido de que se producen sucesivas rupturas, es natural que haya grandes cambios, idas y vueltas. Es un momento que dura años en el cual se producen grandes aprendizajes, es un momento muy expansivo de búsquedas y muchas veces esa expansión es acompañada de una gran fragilidad e influenciabilidad del medio, quiero decir que quizás no hay una consistencia que pueda acompañar a dicha expansión. Por ejemplo, se desarrollan los genitales lo cual seria toda una expansión corporal, hay posibilidad de engendrar un hijo, de fecundar pero todavía no hay posibilidad de sostener  toda esa situación ya sea economicamente o en otros aspectos emocionales. Además es todo un tiempo en el que se abandonan paulatinamente pautas infantiles y se comienza a entrar al mundo adulto, y esto no es una cuestión menor sino todo lo contrario ya que entrar al mundo adulto implica empezar a encontrar frustraciones, tensiones, exigencias y además satisfacciones mayores como la definición de lo que uno quiere hacer en la vida, a que me voy a dedicar?. Entonces una persona busca y busca y en esa búsqueda quizás la persona se pierde porque no encuentra o porque le cuesta esperar y transitar momentos de indecición. Poder encontrar una novia/o quizás implique todo un proceso de búsqueda y de frustraciones y abandonos pero también de grandes satisfacciones. Muchas veces existe una distancia muy grande entre lo que uno desea y lo que la realidad nos muestra, nuestro deseo abarca quizás mucho más que la realidad con lo cual aparece el displacer y a veces el sufrimiento. Durante esta época de la vida se produce también la internalización creciente de la ley, en el sentido de que la persona comienza paulatinamente a diferenciar lo que es bueno o malo para ella, es decir los padres comienzan a correrse paulatinamente del lugar en el que estaban antes, que era el de saber absolutamente que es lo que necesita el nino para su bienestar. A veces los ideales del padre ya no son los mismos que los del hijo y más aún el hijo no quiere saber nada con los ideales del padre. Esta es otra situación de ruptura y cambio que puede traer aparejado situaciones de angustia.

Cuando hablamos de los motivos que subyacen al consumo generalmente lo hacemos refiriéndonos a factores más que causas dando a entender que no se trata de una cuestion lineal sino que hay varios motivos que se entrecruzan unos con otros dando lugar a una adicción. Se trata de una red de factores más que una única causa lineal. No hay un único factor determinante «…ah! es por eso o por aquello…! sino que quizás es por esto y aquello al mismo tiempo. A los fines prácticos de transmitir una idea voy a dividirlos en lo que podrían ser fundamentalmente factores sociales, familiares, y personales. Todos ellos se interrelacionan en la realidad y cuesta separarlos, solo es posible hacerlo en un momento como este.

Cuando hablamos de factores sociales estamos nombrando todos los mensajes culturales que a través de los medios masivos de comunicación nos están invadiendo y proponiendo sensaciones absolutas, nos proponen una vida en la que estar siempre bien es el objetivo principal negando de esa manera que uno puede atravesar por momentos de angustia. Es una época de gran velocidad en la que «todo tiene que salir ya», de gran competencia, y consiguiente sobreexigencia. Los problemas humanos están medicalizados al extremo de que para todo se propone una solución mágica. Cualquier sentimiento desagradable o malestar físico y psíquico es considerado una enfermedad que hay que curar rapidamente con medicamentos. Frente a ese panorama en el cual se promueve el consumo de manera abierta e indiscriminada es muy factible que una persona caiga presa de una relación de sometimiento y dependencia con un objeto, y hablando de manera particular en relacion a la droga se trata de un objeto que trae aparejado mayores costos tanto personales, en relación al deterioro, como sociales. No así por ejemplo la adicción a la televisión.

Otro tipo de factores que podemos mencionar son los familiares. En todas las familias existen de una u otra manera distintas tensiones o conflictos ya sea entre madre y padre o entre padres e hijos,entre hermanos, etc y distintas maneras de ubicarse, posicionarse frente a estas tensiones. Hay quienes gritan más, quienes se retraen hacia su mundo interno, otros quizás se pelean más y buscan hacia fuera el encuentro con el otro. Frente a estas distintas situaciones afectivas la persona se puede sentir contenida o bien puede sentir una gran carencia e incomprensión, en este último caso generalmente puede aparecer intensa angustia, y la sensación de no tener alguien con quien compartirla. La vida en familia es como un entrenamiento para la vida social en el sentido que es el lugar donde se ejercita la cooperación, la competencia, la puesta de límites y donde comienza el proceso de individuación. Puede ser que colabore o dificulte el proceso, que dé lugar o no al hijo que cada día quizás trae cuestiones nuevas a resolver.

Los factores personales tienen que ver fundamentalmente en la manera particular que cada persona tiene de ubicarse, de reaccionar frente a las distintas situaciones tanto familiares como culturales, o sea los factores antes mencionados. En este punto en particular se abre un gran abanico de alternativas ya que se trata del gran misterio de lo humano, lo particular de cada caso, el mundo interno. Voy a intentar dar entonces una serie de respuestas a este interrogante sin agotar en absoluto lo complejo de ese factor. En principio podemos pensar que existe una problemática con la ley, si pensamos la palabra ley de una manera distinta a como estamos habituados a hacerlo (no como la policía). La ley instaura diferencias: esto si, esto no, esto más o menos. De esta manera es posible construir un límite, un borde. Qué pasaría si en un partido de rugby no hubiera un arbitro que a la vez responde a un reglamento mayor, que él toma para dirigir? Qué pasaría si no hubiera líneas marcadas que señalan los laterales y el ingoal contrario? Sencillamente se desbordaría el partido, peleas, puños, etc. Lo mismo sucede con la personalidad: si no hay un organizador, si no hay límites, si no hay borde la persona se desborda. Qué sucede cuando una persona no tiene ley interna, no tiene un borde interno? Nesecita que se lo construyan desde afuera, y es así como aparece desde la persona la transgresión como una necesidad de que venga otro a ponerle un borde, un límite. Pensemos en el siguiente ejemplo: cuando el niño se acerca a un enchufe es el padre el que acude inmediatamente para que no lo toque, es el padre el que pone una ley ahí, una diferencia, el juguete si el enchufe no. Es el padre el que pone un límite al cuerpo del niño un borde. Pero el padre un día deja de estar y la función que él cumplía de alguna manera se hace interna en nosotros, o bien no se internaliza muy bien y la persona sigue nesecitando de «otro»(droga) que le preste un borde. Es desde este lugar entonces que existe una dificultad en aceptar los limites y es justamente porque no los hay internamente. Lo cual nos lleva a pensar también en este sentido la baja tolerancia que puede haber frente a las frustraciones que implican la existencia de limites. El problema entonces es qué hacer con la frustracion cuando algo nos es negado o cuando tenemos que postergar una situación de placer, la persona puede caer en un gran aburrimiento y hastío. Nuevo interrogante qué hacer con el aburrimiento, cuando no hay nada que hacer.

 Aquí se abre un gran tema: la droga es una cuestión milenaria y religiosa, pero parece ser que hoy se ha transformado en una cuestión millonaria y policial. Quiero decir, existen innumerables refencias que dicen que el hombre desde que es hombre ha mantenido una búsqueda interna de trascendencia de si mismo hacia una energía superior a través de las religiones y el consumo de ciertas drogas en momentos festivos particulares. El hombre ha buscado siempre «una otra mirada», un cambio en la percepción de sí y del mundo que lo rodea. Por eso digo es una cuestión milenaria y religiosa, de buscar un giro perceptual, aumento de conciencia en términos actuales. Volviendo al tema del aburrimiento, este «nuevo» estado de ánimo existe porque hoy en día se ha sustraído a la vida (a través de la sociedad de consumo) la dimensión mágica, la búsqueda de una relación directa con el «más allá», un estado de silencio interior, posibilidad de un conocimiento directo acerca de las cosas. Lo que promueve la droga hoy es una salida directa a ese estado de aburrimiento, porque promueve un giro perceptual. Y este querer salir del aburrimiento (y adormecimiento de la conciencia concomitante)es una búsqueda inconciente «sincera», muy inherente a lo humano. Pero esto trae aparejado un costo muy alto porque después del efecto se acrecienta más que antes el aburrimiento y la pérdida de la vitalidad, y no se construye ninguna nueva mirada sino todo lo contrario el reforzamiento de la actitud aburrida y el no saber para qué vivir. Quiero decir parece ser que en el hombre de hoy todavía pervive a nivel inconciente ese ánimo de búsqueda de «otra mirada» que lo llevaría al consumo.

Otro elemento  sería la idealización y los sentimientos de omnipotencia que surgen como mecanismos de defensa frente a situaciones angustiantes. No es tarea sencilla sostener la angustia, atravesarla, pero bajo el efecto de ese sentimiento de omnipotencia la persona cree estar solucionando quizás un problema mientras que lo que se está haciendo es quizás negarlo. Aquí es donde puede entrar la mentira, primero en relación a uno mismo y después frente a los otros para sostener una mascarada en el sentido que el otro me vea de una manera distinta a como me siento, quizás, internamente.

Todos estos motivos, cuestiones, características que mencioné son los que de alguna manera quizás llevan a una persona a consumir. De aquí a que se estructure una toxicomanía hay un camino largo y esto es a determinar de acuerdo a cada persona en particular y de acuerdo a su historia. Pero lo que si no podemos evitar es que algo de todo esto nos ocurra. No es que solamente le ocurre al que no puede parar de consumir solamente, sino que todos de alguna manera estamos expuestos a situaciones ya sea sociales, familiares e individuales que hacen posible de manera potencial un consumo. Y esto puede ser en potencia las causas de una adicción intensa. Como la semilla de un árbol que todavía no es un árbol pero lleva en potencia la posibilidad de serlo. Es decir que la drogadicción es producto de un proceso, sólo que quizás nos damos cuenta de ello cuando el proceso ya esta bastante desarrollado, momento en el que el empobrecimiento energético, vital de la persona es tan grande que cada vez necesita de un mayor apoyo externo, sostén tóxico, en función de la creciente debilidad interna.

Lic. Gastón Rigo

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Dirección general: Lic. Gastón Rigo

Psicólogo UBA / Psicoterapeuta Corporal con Certificación Internacional

International Senior Trainer of Biosynthesis