Diciembre 1995. Artículo publicado en la revista «Punto Límite» (revista bimestral de divulgación científica sobre la problemática de las adicciones): Experiencia realizada durante los años 94′, 95′ y 96, en el dispositivo clínico llamado «Comunidad Terapéutica de Adicciones»
ADICCIÓN Y CUERPO
¿Puedes regular tu aliento vital
hasta volverte tierno y fresco
como un niño, hasta tener
la calma del recién nacido?
LAO TSE
Los fundamentos técnico/conceptuales desde los cuales presento esta investigación/experiencia se encuentran, por un lado, en las artes marciales (T`ai Chi Chuan, Aikido y Kenpo) y por el otro en el Análisis Bioenergético. La producción de energía/vitalidad del organismo se da a través de la alimentación, el movimiento y la respiración. Estas herramientas de trabajo (las artes marciales y el Análisis Bioenergético en uno de sus niveles) operan sobre el movimiento y la respiración en el sentido de promover una mayor producción de energía lo que considero el punto nuclear a partir del cual pienso su implementación en el tratamiento de la toxicodependencia ya que en esta existe un alto grado de perturbación en cuanto a la pérdida de la vitalidad.
Se trata de una combinación de disciplinas/fuentes de conocimiento orientada hacia un enfoque clínico particular como las adicciones, y más aún a la toxicodependencia.
En este sentido aquellos que participaron de este taller se han visto u encontrado en un momento de su vida imposibilitados de «estar en el mundo»,de «ser en el mundo» en tanto cuerpo que hace,que modifica y se modifica día a día en ese hacer. O más bien que ese «estar o ese ser en el mundo» estuvo mediatizado a través de un objeto que les otorgo consistencia como sujeto. Quiero decir, parece ser que en la toxicodependencia aquello que le da consistencia al sujeto (objeto droga) atraviesa el cuerpo de manera privilegiada produciendole sensaciones absolutas homologables a lo que Freud denomino en «El Malestar en la Culura» como «sentimiento oceánico» ,con la dificultad de que cuando se va el efecto desaparece con él, el sentimiento.
El trabajo corporal gira en torno a la posibilidad de regenerar, de reestablecer un contacto con el mundo personas y cosas. Reestablece la «presencia» de la persona. Regenera la posibilidad de estar por el estar mismo justamente a partir de la misma via por la cual eligieron un día no estar. Esta vía no es otra que la de las sensaciones. Estoy sentado y escribiendo, siento los apoyos de mi cuerpo en la silla y en el suelo, respiro con profundidad y dejo que las palabras salgan y se vayan hilando en sentidos, en suma me siento presente aquí y ahora y esto me abre la posibilidad de poner una presencia en el mundo con este escrito. Poner el cuerpo en movimiento es producir sensaciones y de alguna manera es ponerse en presencia en el mundo. He observado que en este tipo de pacientes cuesta la «presencia»,la vitalidad es escasa, no hay ganas de…,les cuesta sostenerse en un encuadre que solamente les sugiere: «esten parados y fijense cómo estan respirando, si les cuesta hacerlo o lo hacen con facilidad » por ejemplo.La posibilidad de concentrarse y estar en atención también es muy dificultosa, al tiempo que el solo hecho de permanecer en el encuadre ya implica un trabajo en si mismo sobre estas categorías que quizás en otras personas ya están incorporadas de manera espontanea.
Estos elementos(concentración y atención) que son los pilares sobre los cuales se asienta el movimiento vital son abordados desde el espacio corporal a través de diferentes ejercicios, de la percepción por parte del sujeto de dichos ejercicios. En este sentido cabe aclarar que un movimiento puede ser ejecutado de manera mecánica o de una manera creativa, y es aquí en este último donde aparece la presencia, el contacto con mi propio hacer. De esta manera hago especial hincapie en el trabajo sobre la respiración. Se trata de un trabajo paulatino ya que con la modificación de la misma a partir de ciertas pautas y consignas se operan, de manera concomitante, modificaciones globales tanto en el organismo como en la percepción en general. Existen dos tipos principales de respiración con toda una gama de matices entre estos dos polos: respiración superficial o profunda. Cada una de las cuales trae aparejada ciertas consecuencias. En la primera forma podemos observar una respiración torácica, que se produce unicamente a la altura de la parte superior del torax, con la cual es muy poca la posibilidad de asimilación de oxígeno y la producción de energía consiguiente. Además acelera el ritmo cardíaco y esto significa un esfuerzo global a todo el cuerpo que se ve de esta manera involucrado en un trabajo de respiración que es entrecortado y de dos tiempos:inhalación y exhalación sin descanso en el medio. El stress de la época actual que trae aparejado una gran bolsa que encierra enfermadades gasrointestinales, cardiovasculares, adicciones,etc, es el ejemplo de este tipo de respiración. Con la ingesta de cocaína se produce automaticamente esta forma y con ella, y desde este lugar corporeo, una alteración de la percepción.
La respiración profunda en cambio, que es la que intenta producir este tipo de trabajo corporal, llega en su movimiento hasta el «Tantien» u «océano de energía» lugar que se ubica por debajo del ombligo. También llamado «hara» por los japoneses, el lugar del «hara kiri». Localizar la respiración en ese punto involucra en principio un masaje de todos los organos internos armonizándolos para sus diferentes funciones. Además trae aparejada la posibilidad de reencontrar el espacio intermedio de descanso naturalmente pedido por el cuerpo entre cada exhalación y una nueva inhalación. Y así como la primera forma de respiración involucra una determinada percepción del mundo que tiene que ver fundamentalmente con el estar «fuera de si», con el no «estar presente», en esta segunda forma se abre toda una dimensión para el sujeto que tiene que ver con la posibilidad creativa, con el mundo de la abstracción y el «estar en mi». Si observamos respirar a un bebe y colocamos nuestra mano sobre su panza, sobre su Tantien, descubriremos que en él, su respiración es naturalmene profunda. No hay, al decir de Wilhem Reich, «bloqueo energético», esto significa que hemos ido cerrando inconcientemente a lo largo de nuestra vida la respiración. Estas técnicas intentan alcanzar algo de lo propio, un reencuentro con algo que ya esta en nosotros. El T`ai Chi ya está en nosotros de manera potencial y bloqueda. Cuando digo T`ai Chi me refiero a la posibilidad de un movimiento corporal en el seno de una respiración profunda, o si se quiere una respiración profunda que involucre un movimiento concomitante. Esto en su conjunto, respiración y movimiento, conforman un tipo de meditación.
Lineas arriba mencioné el tema de la creatividad como dimensión que se abriría a partir de generar una respiración que involucre tres momentos: inhalación, exhalación y descanso. Nombro a la creación como una puesta en acto de lo nuevo para el sujeto en contrapartida de una repetición, o mas especificamente una compulsión a la repetición, en la que cabe esperar un «eterno retorno de lo igual» pero sin diferencias. Es sobre este punto en particular y en relación a la toxicodependencia lo interesante del trabajo sobre la respiración, hablando desde mi propia experiencia y como punto de discusión, ya que si bien poder salir de una posición en la cual «la tuerca gira falseada» (compulsión a repetir) involucra un trabajo interdisciplinario considero como un elemento de valor clínico valiosisimo el hecho de operar sobre la respiración. Varios pacientes han manifestado haber podido atravesar su momento compulsivo, sus ganas irrefrenables de droga a partir de conectarse con su propia respiración, en tanto maniobra psicocorporal.
Durante el proceso corporal que gira en torno a la posibilidad de generar una respiración profunda surgen distintos grados de relajación muscular y psíquica por decirlo de alguna manera. Me refiero a que conforme se va relajando el cuerpo han aparecido en varios pacientes ciertas imagenes de personas, ciertos recuerdos y el afecto concomitante, que de alguna manera han sido seleccionados por su acontecer psíquico y posteriormente han sido reprimidos, desalojados de la conciencia. Cabría suponer entonces que conjuntamente con la relajación muscular se abriría en algunos sujetos una dimensión subjetiva-emocinal que muestra algo verdadero,pleno, para ese sujeto en particular en ese momento.
En este sentido pienso que la palabra es al pensamiento lo que el cuerpo al sujeto. En el acto mismo en que articulo palabras mi pensamiento se va estructurando. Es sobre el decir mismo que el pensamiento se produce. De la misma manera, en el acto mismo en que mi cuerpo hace es que yo me estructuro como sujeto. Soy «siendo» en el mundo a medida que voy haciendo, de la única manera posible: con los pies apoyados sobre la tierra. I en este hacer me produzco como sujeto. El Análisis Bioenergético nos brinda de manera precisa las claves técnico/conceptuales para comprender y trabajar el «enraizamiento», es decir la sensibilización de nuestros apoyos en la tierra. Mi cuerpo es el portador de ese hacer, es el que lleva mi historia, el que lleva las marcas de esa historia.
Son las «tensiones musculares crónicas», al decir de Lowen,las que hablan de nuestra historia, las que sostienen la manera en que nosotros hemos vivenciado el mundo a nuestro alrededor. El cuerpo reacciona frente a diferentes situaciones a través de la modificación de la respiración, la postura, los músculos, etc, reacción que implica, como huella, todo un registro, un patron ,un modo de estar en y frente al mundo. De esta manera cuando trabajamos con el cuerpo de una persona estamos trabajando con su historia.
El siguiente ejemplo ilustra lo anterirmente expuesto: Uno de los pacientes, Gabriel, llegó al espacio del taller sin ganas trabajar ese día. Decía que sentía cierta incomodidad y que no se podía conectar con su cuerpo, que sus propios movimientos le resultaban como mecánicos. A pesar de lo cual y tras unos momentos de inactividad permaneciendo sentado, se levantó y comenzó a moverse nuevamente. Luego de un par de ejercicios se conecta con un dolor en su espalda. De esa manera voy instrumentando ejercicios que rodeen esa zona. Hacia el cierre del taller, a la hora de los comentarios él asocia ese dolor con una intensa bronca y odio en relación a una escena en la que había tenido una disputa importante con una determinada persona. Y que en ese momento se sentía muy bien de poder decirlo y darse cuenta que era eso lo que lo había detenido al principio.
Lo interesante de rescatar es que todo esto para Gabriel era inconciente. El solamente trae una «cierta incomodidad» que le impediría ese día conectarse con el taller. Tenemos entonces una incomodidad que se transforma en un dolor en un lugar específico de su espalda todo lo cual se traduce en un recuerdo de una escena y un afecto concomitante. El pudo verbalizar todo esto y obtener mayor vitalidad para sí al ampliar su respiración y reducir su tensión. La escena vivida se alojaba en su cuerpo y de alguna manera lo tenía detenido. El obtuvo de esta manera material para su análisis individual ya que posiblemente esa bronca se trate de una bronca histórica, un lugar histórico en su cuerpo que se carga cada vez que él se encuentra frente a ciertas escenas particulares que lo hacen reaccionar de determinada manera de acuerdo a pautas corporales historicamente estructuradas.
Lic. Gastón Rigo.