Trabajo presentado en el Insitituto Argentino de Análisis Bioenergético -IAAB- como seminario complementario, en el marco de la formación internacional de Bioenergética.
Como psicólogo clínico, se inició en mí un interés por los abordajes psicocorporales a partir, primero, de mi práctica marcial (Tai-chi, Aikido y Kenpo), y más tarde, cuando entré en contacto con la vasta obra de Wilhelm Reich, desde el año 1990.
De formación psicoanalitica, comprendí la profunda y misteriosa condición del psiquismo humano. Reich me develó la simultaneidad del psiquismo en sus dimensiones corporal y mental. Brasil, en cuya tierra Reich está consagrado a nivel académico oficial, fue el lugar donde me nutrí del Análisis bioenergético y de la biosíntesis. Y aquí en la Argentina, tuve aproximación a la biodinámica con entrenadores de Francia y de Brasil. Todas psicoterapias corporales neoreicheanas.
He transitado formación también en lineamientos de Barbara Ann Brennan (“Manos que curan”) descendiente directa del Core Energetics (psicoterapia neoreichiana) en conceptos de energía sutil. Por otro lado, desarrollo procesos de Healing de Bob Moore maestro que ha inspirado a Boadella en el aspecto espiritual de la biosíntesis.
Y por último, y tiñendo todo este escenario clínico y espiritual, tengo un agudo interés práctico, desde 1996, en un linaje de chamanes del México antiguo quienes transmiten conocimiento a través de movimientos y respiraciones desde hace mas de 10.000 años y para los cuales el hombre, el mundo y el universo están hechos de fibras de energía pulsatil.
La biosíntesis es un marco de conocimiento de aproximación a la realidad que incluye un enfoque de psicoterapia corporal y “una forma de autodesenvolvimiento y de autoformación personales con una base biosocial y potencial para ser aplicada en otras áreas de la sociedad y no solo específicamente en la clínica” (Boadella).
Fue creada alrededor de los años 1970 por David Boadella, psicólogo británico y vegetoterapeuta caráctero- analítico formado por Ola Raknes, psicoanalista noruego, discípulo directo de Wilhelm Reich quien a su vez fue discípulo directo de la primera camada de formación de Sigmund Freud y coordinador del Seminario Técnico de la Asociación Psicoanalítica Internacional desde 1922 hasta 1928. Boadella también obtuvo formación de Gerda Boyesen quien también se formó con Raknes y fue la creadora de la Biodinámica.
Es decir que Boadella tuvo una formación originaria como vegetoterapeuta caráctero-analítico que fue la línea matriz de la terapéutica reicheana.
Boadella, entre otras cosas, fue el creador de la revista Energía y carácter, publicación encargada de distribuir, en toda Europa, artículos de psicología somática neoreicheana desde 1970, y más tarde, en todas partes del mundo. Y de fundar la Asociación Europea de Psicoterapia Somática. Actualmente, es el director del Centro de Biosíntesis con sede en Zurich, Suiza, desde donde coordina la red internacional de grupos de formación expandida actualmente a más de treinta países en Europa, América, Asia y Oceanía.
Podemos decir que la biosíntesis tuvo tres raíces fundamentales que luego se fueron expandiendo y creando nuevas estructuras de pensamiento y de acción. La biosíntesis se presenta así como un cuerpo, un sistema abierto, no cerrado, en permanente transformación, fluencia, con conceptos interconectados en unidades coherentes que abarcan distintas dimensiones de la realidad (cuerpo, mente, espíritu).
Decíamos que tres tradiciones diferentes que se desarrollaron a partir de Freud convergen en la raíz misma de la biosíntesis. Una trazada por Reich, pasando por Lowen y Boyesen focalizada en la energía libidinal y el trabajo sobre el carácter y sus raíces somáticas, en suma, la coraza en tanto blindaje. Por otra parte, la experiencia prenatal, estudio iniciado por Otto Rank y continuado por Francis Mott, centrándose en la embriología y la vida en el útero. Y por último, a través de Melanie Klein y los terapeutas de las relaciones objetales derivanda en Frank Lake focalizándose en la diada relación madre-hijo.
Por otro lado, la biosíntesis reconoce no solo la existencia en el terreno del cuerpo físico, sino la existencia en el cuerpo energético que se extiende más allá de lo físico y lo circunda. Este cuerpo energético llamado de distintas maneras de acuerdo a las distintas tradiciones, introduce la existencia transomática además de la somática, y la biosíntesis busca relacionar ambos mundos, que la persona “se sienta como en su casa”.
El énfasis en las formas orgánicas y vitalidad somática es complementado y entendido como que estas son “encarnaciones” de una esencia que puede trascender la vida como la muerte. La biosíntesis denomina esta dimensión transpersonal , el suelo interno o enraizamiento interno de una persona.
Boadella se apoya para la construcción de estas dimensiones en su trabajo personal a lo largo de quince años o más con un vidente dinamarqués llamado Bob Moore que creó un sistema de trabajo denominado healing que consta de sistemas de meditación y de circulación de la energía teniendo en cuenta la “anatomía sutil”.
Volviendo al aspecto embriológico, Boadella se nutrió de autores como Stanley Kellerman (Profesor de Análisis Bioenergético) que prestaron atención al punto de vista del desarrollo y procesos de maduración, y que piensan que la “experiencia subjetiva” se inicia en las primeras semanas luego de la fecundación. Por lo tanto, la patología ya podría ser pensada no solo desde la perspectiva “edípica” y la estructuración social, sino en niveles mucho más arcaicos. Y la relación del bebe con el útero cobra una dimensión muy importante en la clínica: cómo estaba ese útero, si estaba duro o blando, rígido, no rígido, receptivo, etc.
Entonces, en el cuerpo, fluyen tres corrientes energéticas o de vida fundamentales asociadas a las capas embrionarias llamadas: endodermo, mesodermo y ectodermo. Estas corrientes derivadas de estas tres capas dan lugar a la existencia de todos los órganos y sistemas de órganos: sistema circulatorio, respiratorio, digestivo, muscular, esqueletico, nervioso; las glándulas. Estas corrientes se expresan a través de la acción y el movimiento muscular; el pensamiento y la percepción; la emoción y los sentimientos. El estrés antes del nacimiento, durante la infancia y en la vida adulta quiebra la integración de estas tres corrientes (acción, pensamiento, sentimiento) derivadas de las capas embrionarias que dieron lugar a los distintos órganos existentes, y la biosintesis intenta restaurar (o instaurar) esa integracion.
Teniendo en cuenta el concepto reicheano de identificación vegetativa y resonancia somática de Kellerman, Boadella construye el concepto de campo organizativo a través del cual generar las condiciones ambientales y vinculares para ayudar al paciente a organizar o reorganizar aquello no constituido o desintegrado.
En este punto, el cuerpo del terapeuta se transforma en “la” herramienta central ya que lo que sucede en el encuentro terapéutico a veces implica dimensiones vinculares preverbales de donde partieron situaciones energético emocionales perturbadas.
A la luz de lo dicho, quisiera traer la imagen de un árbol para comparar a la biosíntesis con esa imagen. Sus raíces, por donde obtiene sus nutrientes, son la tradición psicoanalítica: Reich con el concepto de identidad funcional mente-cuerpo, es decir, la armadura del carácter y su desbloqueo hacia la fluidez de la energía; aquí entraría Alexander Lowen y Gerda Boyesen. Por otro lado, la embriologia de Otto Rank a Francis Mott. Y por otro lado, la teoría de las relaciones objetales de Melanie Klein y Frank Lake, es decir, la importancia de los vínculos tempranos. El tronco es por donde circulan estos nutrientes combinados creando nuevas estructuras de pensamiento y de práctica. Y por último, las ramas representando un sistema abierto en continuo crecimiento con posibilidades de abarcar nuevos campos de la realidad. Las ramas se alimentan también, a través de sus hojas, de la atmósfera y este con sus componentes no físicos (energía solar) complementa el aspecto físico de la existencia del árbol. Este sería el aspecto bioespiritual de la biosíntesis.
Existen distintos niveles de aplicación y alcance de la biosíntesis en el terreno social e individual.
En una perspectiva de prevención al haber profundizado en la vida intrauterina, esto da lugar a toda una praxis para embarazadas que, al igual que en la clínica, se intentaría reestablecer y de reintegrar las corrientes de vida de una persona.
Esto significa, por un lado, la liberación de la respiración y con ella el centramiento emocional; por otro lado, la retonificación de los músculos, el enraizamiento de la postura y, por último, el contacto cara a cara llamado facing dándole forma a la experiencia a través del contacto visual y la comunicacion oral.
Repito, el centramiento, el enraizamiento, el cara a cara o facing están relacionados con el funcionamiento armonioso de los sistemas de órganos derivados de las capas celulares primarias de la organización embriológica. La terapia intenta restaurar la integración en estas corrientes quebradas por el estrés.
El beneficio es una mayor intensidad en el contacto con el propio cuerpo y con la vida, a traves de una revision y trabajo sobre los procesos somático-emocionales que dieron lugar a las zonas conflictivas de la persona, y una posibilidad de abrir procesos de expansión del sí mismo a través de distintos intereses que la persona pueda tener.
Otro objetivo es la conexión con la esencia del ser. Boadella observó que en la actualidad hay muchas personas que consultan a pesar de tener sus vidas en armonía y con sus conflictos relativamente trabajados, pero que insiste en ellos una zona de disconformidad, de falta de conexión con la vida. Él ubica en este punto, más allá de una conflictiva esquizoide, severos trastornos de conexión con la esencia del ser, de ese vínculo con la dimension transomática, en suma la espiritualidad, que le da sentido a la vida de una persona, que ubica un norte: para qué vine a esta vida, cuál es el aprendizaje.
Se trabaja a nivel corporal y a nivel verbal pudiendo ser en simultaneidad.
A nivel corporal, a través de la respiración teniendo en cuenta si esta es de tipo superficial o profunda, si hay tendencia a contener o expulsar el aire. También a nivel de la tonificación muscular reintegrando los polos tónicos de la hipertonía e hipotonía a través de movimientos y posiciones. De esta manera se apunta a un cambio en la postura. Esto conlleva a una modificación en “la postura del alma” y una transformación de las huellas de intensidad que marcaron ese cuerpo. Por otro lado, a nivel verbal organizando la experiencia somática emocional, es decir, haciendo cuerpo con la palabra. Se busca llegar a una palabra orgánica, en cómo una persona habla, cómo está su respiración y cómo está su musculatura, que podamos encontrar niveles diagnósticos para pensar en la estructuración psíquica de una persona.
También se puede, con personas con dificultad en crear imágenes para metaforizar sus temas, utilizar imágenes y luego llevarlas al cuerpo a nivel de lo kinestésico o de lo auditivo (trabajo de la voz). Si son visuales esas imágenes, se pueden utilizar colores o dibujos en papel. Y viceversa, personas con tendencia a traer demasiadas imágenes y sobrecargar su cabeza de energía con esas imágenes es posible una propuesta de llevar al cuerpo a través de un movimiento expresivo y del sonido de esas imágenes.
También, como modalidad de trabajo, se puede entrar, depende el caso y el proceso, directamente a experiencias que invitan a lo transomático, transpersonal a través de meditaciones y circulaciones de energía sutil en un trabajo de “anatomía sutil”, al decir de Bob Moore.
Como mencioné anteriormente, la biosíntesis es un sistema abierto, flexible, que se acomoda al estilo de cada paciente y de cada terapeuta. No es una teoría rígida que intente llevar al paciente a justificar esa teoría y, entonces, por ejemplo, hacer que exprese una emoción porque la teoría dice que es bueno la expresión emocional. Quizás esa persona necesita aprender a contener emociones y poder significarlas en palabras coherentes. Estaríamos trabajando en un nivel verbal, orgánico, organizando un cuerpo. Y esta maniobra estaría más cerca del cuerpo que “trabajar” el cuerpo en esas sesiones particulares.
Por último, insisto en que todo este movimiento creativo que constituye un proceso terapéutico implica la construcción de un vínculo entre terapeuta y paciente en donde ambos quedan atravesados desde su cuerpo en ese vínculo. Atravesamiento que va a permitir la entrada de contenidos transferenciales y contratransferenciales y la salida con su resolución y procesamiento. Hablaríamos de “anudamientos” transferenciales y “desanudamientos”. En el contexto de la tensión de esos nudos y su destrabe podríamos ubicar la experiencia terapéutica. Sin ella no habría inscripto todavía un proceso profundo en el paciente porque en este contexto es, justamente, donde aparecen todas las resistencias del carácter (en el mejor de los casos, del paciente solamente) y la posibilidad de trabajarlos. Por eso es muy importante el trabajo desde el amor (“nucleo biologico” en Reich), que el terapeuta llegue a conectar su propia esencia y desde ahí la esencia del paciente más allá de su carácter. En este punto, se abre la percepción de ser a ser, esa conexión exquisita que va más allá de la frontera del carácter tocando el núcleo, la esencia, la experiencia transomática.
Lecturas posibles. De Wilhelm Reich: La función del orgasmo y Análisis del carácter. De David Boadella: Los caminos de Reich y Corrientes de vida.