Flujos de la Forma y Posturas del Alma.

Basado en la conferencia de David Boadella hecha durante el 12° Congreso Mundial de Medicina Psicosomática Universidad de Basileia, septiembre 1993, traducido por Karin Sachs y adaptada por Rubens Kignel para el Congreso Conmemorativo de Wilhem Reich en San Pablo 1997.

Traducido al castellano por Gastón Rigo.

Introducción

    La forma externa de la persona refleja su disposición interna. Esta es la constatación más simple que se encuentra en el corazón de la psicología somática: ella fue formulada por Charles Darwin hace más de cien años atrás.

   Algunas terapias somáticas, como Rolfing, intentan cambiar el cuerpo estirándolo en un nuevo formato. El terapeuta trabaja desde afuera, re- esculpiendo la anatomía en línea con su visión del cuerpo ideal, alineado con la gravedad, en un estado de desbalanceamiento mínimo.

   Gimnasia y curso de modelación de los músculos ofrecen series de ejercicios por los cuales la persona puede buscar esforzar su cuerpo para alcanzar una apariencia que exprese mejor la manera de cómo ella quiere que él sea. En el ballet clásico, el bailarín puede aprender a estresar su cuerpo en posiciones exigidas por el coreógrafo: su flujo de movimiento es restringido a los requeridos en la rutinade la danza.

   Algunos patrones de trabajo o deporte deforman el cuerpo cuando son repetidos por un período de años: por ejemplo el codo congelado del tenista y en la rodilla de la “ama de casa”, el doloren los dedos de un escritor o la figura curvada de un campesino, trabajador del arroz. Se forma entonces una anatomía emocional en respuesta a los diferentes insultos a la forma, o a las vicisitudesde la formación del carácter: manténgase recto, sea hombre, dé lo mejor de sí, no llore, no importa, desista, desamparo trae simpatía, si te muestrras débil de rodillas, nadie irá a derrumbarlo.

   En contraste a estos movimientos y posturas dirigidos por el mundo exterior, existe una relación un tanto diferente a ser formada cuando el movimiento fluye a partir del deseo interno. Estos movimientos están asociados a la espontaneidad, juego, improvisación, creatividad, danza no coreografiada o la graciosidad del deportista o atleta que esté perfectamente sintonizado tanto con su cuerpo cuanto con el desafío externo. Está presente en el ritmo del trabajo placentero, donde la compulsión al aburrimiento con el trabajo rutinario no forzó al cuerpo a un formato restringido.

   Dos impulsos nerviosos padronizan nuestros movimientos: el primero de ellos se origina en el córtex cerebral dirigiéndose para abajo, siendo conocido como el nervio alfa, que envia señales directas a los músculos voluntarios para accionar. Podemos hablar del sistema alfa como siendo el sistema de acción.

   El segundo impulso nervioso se origina en la base del cerebro, se dirige hacia abajo y es conocido como nervio gama: a través de las fibras celulares él da señales al músculo para que se coloque en el tono apropiado. Podemos llamar este segundo sistema, el sistema de la preparación. Este sistema está íntimamente relacionado al humor y a la intención.

   Sin comprometernos con la acción voluntaria, nuestra postura puede comunicarse con nuestra actitud interna y sentimiento sobre una situación. Podemos separar la actitud de la tendencia de movimiento. Por ejemplo, en la actitud vemos una forma un tanto inmóvil, que refleja un movimiento inhibido. Los hombros son mantenidos elevados, la pelvis retraída es mantenida para atrás, imposibilitada de balancearse. La cabeza empinada para un lado puede eternamente evitar un golpe.

   Por otro lado, en la tendencia de movimiento, podemos ver el inicio de una acción padronizada: por ejemplo, los hombros pueden sugerir una insinuación de “dar hombros”, la pelvis comienza a “flirtear”, la cabeza se mueve para adelante como un orador listo a abrir la boca y anunciar su presencia para un grupo de personas.

   El movimiento condicionado se sobrepone al movimiento involuntario, espontáneo, de la misma forma que la mente conciente se sobrepone al inconciente.

   Trabajar con impulsos de movimientos y permitiendo cambios espontáneos en la forma es, consecuentemente, una manera de contactar el inconciente sin usar las palabras como un primer instrumento.

   En la Biosíntesis el terapeuta está interesado en seguir y apoyar a los movimientos espontáneos, a inducir y permitir una parte del cuerpo a seguir una cierta dirección, donde le es propio, no exigido. Así, el terapeuta busca hablar y escuchar el estado de preparación del paciente, tono gama del músculo.

Él busca hacer contacto con el alma del músculo.

 El alma del músculo está relacionado anatómicamente a la fibra muscular, la cual determina su estado de tono interno. El músculo recibe fibras del sistema nervioso vegetativo, que regula el flujo  de las energías emocionales en el cuerpo. Así siendo, la fibra muscular anatómicamente, refleja directamente el humor de una persona.

   Al intentar formular los modelos de flujo de la forma experimentados en el trabajo postural somático de la Biosíntesis, desarrollamos el concepto de campos motores, los cuales son descriptos abajo. El concepto es elaborado sobre antiguos conceptos de campos de tono y campos de acción, desarrollados a partir de investigaciones en el esquema corporal y en el concepto de esquemas senso-motores de Piaget.

 Campos Motores o esquemas afecto-motores.

   El embriologista alemán Erich Blechschmidt desarrolló el concepto de campos embrio- dinámicos para describir los diferentes campos de fuerza que accionan en el tejido embrionario cuando el cuerpo se está formando durante la morfogénesis.

   Blechschmidt describió ocho de estos tipos de campos de fuerza. En el proceso de desarrollo los principales campos motores, solos o combinados, están envueltos en todos los pasos. Desde el libre flotar dentro del útero, a través del nacimiento y el amamantamiento, el gateo, el estar de pie, agarrar cosas y todas las habilidades posteriores.

   Por formación, quiero decir que, los mismos campos motores son necesarios para rebalancear nuestro tono muscular siempre que estuviésemos emocionalmente estresados: el cuerpo tiene profunda sabiduría interna, sabiendo como deshacer sus tensiones. Moshe Feldenkreis, el cual fue fuertemente influenciado por el profesor de movimiento inglés, Mathias Alexander, llamó a su método “Integración Funcional”. Aunque él haya trabajado originalmente sin aceptar emociones profundas, algunas de las maneras del practicante de Feldenkreis de inducir el movimiento tiene una semejanza al modo de trabajar de un terapeuta de Biosíntesis.

   Feldenkreis influenció a Stanley Keleman fuertemente, debido a sus enseñanzas sobre la sutileza de leer e interpretar los leves gestos e impulsos del sistema de “preparación para la acción” en el músculo.

   Ocho de los campos motores son emparejados en cuatro grupos de dos. El noveno campo motor no es agrupado por razones que serán esclarecidas más tarde. Al describir cada campo intentaré dar una idea de su importancia y desarrollo sinergético, su relación con la expresión emocional, su énfasis excesivo o insuficiente en ciertos tipos de condicionamiento de carácter y su eficacia en el trabajo de terapia.

El Campo de FLEXIÓN

   El embrión en el útero se mueve gradualmente en un campo de flexión de todo el cuerpo en los últimos estadios del embarazo. La posición fetal resuena en estados de regresión y representa un deseo de retirarse del mundo para un estado de mayor seguridad, tipo la del útero. Muchos adultos la usan como posición preferida durante el sueño.

   Los campos de flexión en las piernas pueden representar una defensa proteccionista del abdomen.  El campo de flexión de la mano es bien conocido en el reflejo de agarrar del bebé, el cual es fuerte lo bastante para aguantar todo logro después del nacimiento. El campo de flexión de los brazos es una posición autonutritiva, donde el bebé se anida a sí mismo o en un juego preferido en períodos de soledad o inseguridad.

   En la expresión emocional la persona puede flexionarse en una posición de congoja, como si se estuviese abrazando a sí misma, en épocas de frío o cuando ella precisa recuperar sus energías al contrario de gastarlas.

   Stanley Keleman llama esto posición de “autorecuperación”. Ella puede también tener una función de autopreservación o autoprotección, como en la posición de “queda” en el Yudo.

   En situaciones de fuerte miedo, las piernas pueden flexionarse junto al pecho, los brazos apoyados sobre el pecho y la pared de la barriga firmemente contraída en dirección de la espalda y la columna. Yo llamo esto “reflejo de miedo fetal”, ya que, la primera vez que esto ocurre se parece como la flexión del embrión, conciente de los mensajes negativos viajando a través del cordón umbilical.

La flexión de la cabeza sobre el pecho es, por un lado, la posición del pensador de Rodin, por otro lado, es frecuentemente encontrado en personas en estado de desesperación o depresión.

   Cuando una persona es caracterológicamente identificada con depresión o desesperación o con intenso miedo y ansiedad, este campo motor frecuentemente ocurre. En este caso el uso del campo por el terapeuta intensificará la tendencia del carácter, y por lo tanto puede ayudarlo a tornarlo conciente. Puede también ayudar a aliviar a la persona del esfuerzo en su propia tendencia flexiva, si el terapeuta “asume el esfuerzo” por él. Por otro lado, cuando la persona está negando el miedo o preparado contra el colapso o rehusándonse a mostrar su carencia, él puede ser predominantemente evitativo, el campo de flexión será contrario a la tendencia del carácter. Él será frecuentemente la negación de la carencia que está por debajo de la actitud expresada por la postura. Induciendo la actitud flexiva puede ser un medio para extraer el miedo escondido  a desmoronarse.

 

El Campo de EXTENSIÓN

   En la extensión el cuerpo se mueve en sentido opuesto a la flexión. La espina se curva para atrás, las piernas se alargan, los brazos se amplían y quedan más apartados del cuerpo, la cabeza se eleva, distante del pecho.

   Después de nueve meses en el útero, el nacimiento es en sí la primera gran extensión.

   Algunos médicos o enfermeras tienen el hábito de agarrar al bebé recién nacido por los tobillos, boca abajo, en un campo de extensión severo, impuesto por quien auxilió el parto.

   Los primeros movimientos de caminar ocurren antes que el bebé esté fuerte lo suficiente para estar de pie. Las piernas apenas se estiran en toda su posibilidad, practicando los movimientos que serán usados más tarde para la locomoción. Patear es una forma de extensión, o el bebé se mueve con sus brazos en el espacio para explorar qué tipo de mundo existe fuera del útero.

   Terapeutas trabajando con pacientes que están sobre enorme presión emocional, pero que resisten a ceder a una expresión de rabia, por ejemplo, pueden extender la espina de tal manera que ella toma la posición conocida clínicamente como “opistotonus”. Los pre-freudianos, en los días de Charcot, observaron su ocurrencia en manifestaciones histéricas. El cuerpo está apoyado apenas en la cabeza y en los tobillos. Es una forma extrema de apoyo, pero también repite el arco extensor del parto. La respiración puede también estar significativamente presa.

   Si la respiración es liberada y el cuerpo se permite mover en esta posición, se torna en una poderosa manera de expresar sentimientos extremadamente poderosos de rabia o disconformidad. Alexander Lowen desarrolló el uso de la fuerte extensión tolerada en su trabajo de Bioenergética, pero estamos hablando aquí del arqueamiento natural de la espina como un modo de expresar su movilidad y elasticidad.

   Podemos distinguir tres expresiones diferentes para los campos motores de los brazos:

      – Una la llamo “estirar”: Esto envuelve una fuerte extensión en el espacio, con el sentido de libertad y poder. Los movimientos del bostezo tienen alguna de estas cualidades y abrir la boca es un ejemplo muy bueno del campo de extensión, en el cual el cuerpo experimenta reflejos de estiramiento que profundizan la respiración.

      – La segunda extensión es encontrada en el alcanzar: Aquí la persona extiende los brazos para el contacto humano, para que lo aseguren o para abrazar. El sentimiento emocional se relaciona con el dar y recibir y es totalmente diferente de la sensación sentida en el estiramiento.

      -Podemos reconocer una tercra forma de extensión en los brazos la cual llamo de “apertura”. Es una exploración delicada y sensitiva del espacio más allá del corazón, en el cual la persona entra en contacto con finos rayos en los brazos y dedos y se torna conciente del campo energético (llamada aura) extendiéndose más allá del cuerpo.

    Para inducir el campo de extensión, el terapeuta puede colocar su mano en la curva lumbar o en la curva del cuello, o asegurar la parte inferior de los brazos al moverse para afuera y lejos del cuerpo, al dar soporte a impulsos de alargamiento y estiramiento que son respuestas de estiramientos naturales para desarticular cualquier actitud de flexión crónica

que puedan estar presentes.

   Una mujer lidiando con miedo y rabia muy temprana desde el primer año de su vida, desarrolló una expresión de carácter que ella y los otros reconocían como de una “madona”: quieta, gentil, comprensiva y racional. Ella vivió dificultades en sentirse “en casa” en su cuerpo, con fuertes sentimientos reprimidos desde la primera infancia. En una sesión terapéutica particular, ella comenzó a estirarse muy fuertemente en dirección al frente, y con esto vino un poderoso sentimiento destructivo contra su madre. Los impulsos de rabia la asustaban y tuvo un fuerte  movimiento de flexión en la espina en la tentativa de retenerlos y negarlos. Yo sabía que ella estaba lista para encarar y recuperar el poder de su rabia inicial, lo que era la llave para recuperar una vitalidad total y sentirse más afirmada en su cuerpo. Por lo tanto yo le di apoyo en la extensión y la fuerza total de su rabia pudo entonarse. No es necesario decir que esto era una expresión segura e integrada al ego, que ocurre cuando está maduro, y en el contexto del desarrollo terapéutico andando y no tenía nada que ver con representar.

El Campo de TRACCIÓN

   El campo de Tracción es presente principalmente en los brazos. El reflejo de agarrar evolucionó en tracción cuando el niño/a aprende a levantar los objetos contra la gravedad  y a agarrarse haciendo fuerza  para arriba intentando levantarse tomado de una silla o una mesa.

   También al prenderse a un objeto amado que alguien quisiera sacarle de la mano. El juego del “cabo de guerra” es puro campo de tracción.

   Podemos distinguir el campo de tracción pasivo y activo. En la forma pasiva la persona es asegurada con las manos por otro. Ella es alejada por el agarre de otro. La tracción se combina con extensión. O ella agarra activamente al otro en dirección a sí contra la resistencia: la tracción se combina con flexión.

   El sentimiento emocional de traccionar activo es : yo te quiero para mí, dame para mí, etc.

  Agarrar, asegurar firme y mantener a alguien aquello que le pertenece son temas llaves. Para una persona que necesita tener poder y es manipuladora en su orientación básica en relación al mundo, el campo de tracción está en el carácter. Pero para la persona cuya necesidad de asegurarse no está desarrollada o está negada, es importante desenvolver el contacto con la necesidad de agarrar.

   Cuando el campo de tracción es utilizado terapéuticamente, él tiene una serie de efectos: es particularmente importante en situaciones de desamparo y colapso, donde la persona perdió el contacto con el poder de sus espaldas para darle soporte a la satisfacción de las necesidades básicas.

   A veces puede ser usado de pie, entre dos personas uniendo sus manos y apoyándose de espaldas.

   En otros, la experiencia del campo de tracción hecha acostado, reactiva sentimientos de ansiedad y permite la satisfacción motora de agarrar y ser agarrado. Un hombre en una terapia de grupo definió una vez la ansiedad como “tristeza sin brazos”.

 

El Campo de OPOSICIÓN

 

   El  campo de oposición es el opuesto al de tracción. Donde el último es expresado en agarrar el segundo es desarrollado en el empujar.

   El primer campo de oposición está asociado con la cabeza del bebé en la medida que él empuja contra la base de la pelvis, golpeándola.

   Cuando los movimientos de extensión de las piernas contactan la superficie resistente de piso, el bebé las empuja contra la gravedad de manera de quedar de pie. Antes de eso, acostado boca abajo, sus manos empujan el piso para distanciarse del mismo de manera de asegurar la cabeza en la medida que explora el mundo en esta posición antes que comience a gatear.

   El campo de oposición, como sugiere el nombre, tiene que ver con el derecho de decir no y de trazar límites. El desarrollo del derecho de defender el espacio personal de cada uno y mantener intrusos e invasores apartados.

   Para el tipo de persona psicópata, rabiosa, la cual teme la manipulación a cada momento, esta cualidad de empujar para afuera, lejos,es altamente desarrollada. Cada toque puede parecer una invasión que necesita ser abruptamente expelida.

   Pero para pesonas que aprendieron a no tener límites y cedieron a la invasión sin protestar, es esencial practicar y desarrollar el campo de oposición. Esto incluye personas inundadas por ansiedad así como personas que fueron sofocadas por madres sobreprotectoras cuando fueron pequeñas.

  Debido a que el “contacto tierra” es preponderante en este campo, es particularmente de gran auxilio al trabajar con psicóticos o personas en el límite, donde éstos son frágiles y necesitan de fortalecimiento. Son necesarios especialmente patrones de coordinación con la respiración, los cuales serán descriptos más tarde en el noveno campo motor.

 

El Campo de ROTACIÓN

   El bebé gira  normalmente durante el parto. Músculos especiales, llamados rotativos, se situan a lo largo de la espina dorsal. La acción de caminar, con su balanceo alternado de la izquierda hacia la derecha, es un tipo de pulsación rotatoria. Las piernas están equipadas con músculos para inversión y reversión, los brazos con pronadores y supinadores, en ambos casos, para que puedan rodar para adentro y para afuera.

   Movimientos rotatorios exploran los espacios para los lados del eje corporal principal. A los niños les gusta girar y rodar. El torero demuestra la habilidad de rotación al evitar al toro. Los practicantes de Ai ki do hacen del flujo de movimiento rotatorio espiral el punto central de su arte, así como en la capoeira.

El Campo de CANALIZACIÓN

   Así como el campo de rotación sale de la línea central del cuerpo o de un miembro, el campo de canalización es altamente alineado y enfocado. Las acciones fluyen hacia fuera directamente desde el centro del cuerpo como aros de una rueda.  El niño aprende  a dirigir sus movimientos, a mirarte directamente, a dirigir su atención en dirección a un juego o comida que desea. El campo de canalización está relacionado con el objetivo, su cualidad emocional es determinada y seria, comprometida y orientada a una finalidad.

   El terapeuta anima al paciente a explorar movimientos direccionados que son incisivos y altamente enfocados. Esto puede ser tan sutil como pedir contacto visual directo, al contrario de un mirar desviado, o con la fuerza y la dirección específica de un golpe de Karate.

 

 

El Campo de ACTIVACIÓN

   Locomoción es viajar. Normalmente envuelve movimientos activos de los brazos y de las piernas como al caminar, nadar, correr y saltar. La activación prepara a la persona para moverse a algún lugar con relativa rapidez.

   El bebé practica movimientos de natación ya dentro del útero y puede nadar ya antes de que él o ella pueda caminar o mantenerse de pie. Una vez que el niño/a haya dominado el arte de gatear, él o ella se torna altamente activo/a. Antes de eso él o ella ensayan padrones de actividad en el patear rápido de las piernas y movilizar los brazos.

   En el campo de activación, la vitalización es el tema llave. Las vidas de algunas personas son intensamente hiperactivas: el descanso es tortura para ellas. Para este tipo de personas la activación está en el carácter: ellas están siempre en movimiento y no saben cuando parar.

   Personas con tendencias más depresivas se sientan inhertes por horas y no consiguen iniciar nada. Su metabolismo está bajo, velocidad es un atributo alienígena. Para estas personas, movilizar el campo de activación puede ser la llave para soltarse del dominio de una depresión.

   Otro fuerte campo de activación envuelve el reflejo de saltar, danzar, correr, luchar. Es posible ayudar a una persona a descubrir, no un salto mecánico, sino un saltar orgánico rítmico, el cual es casi siempre asociado con fuerte alegría y que requiere una coordinación de respirar con flexión y extensión de las articulaciones de las rodillas.

   Así, la persona deprimida perdió no solo el contacto con la esperanza, sino también el sentimiento de existir en sus piernas, rodillas y tobillos.

El Campo de ABSORCIÓN 

   El bebé permanece quieto, absorbido por el movimiento de una hoja al viento, o descansa en el seno en un estado de semi-transe. Él es guiado a recibir impresiones, a inmobilizar su actividad externa a maximizar su percepción interna.

   Para alguanas personas, descansar y absorber se tornó un estilo secundario de vida que es usado para substituir la actividad y la iniciativa.

   Por otro lado, para una persona hiperactiva, lo opuesto es verdadero: ella anhela por esto para poder descansar, para absorber, para disminuir el ritmo. El campo de absorción es el menos dramático de todos los campos. Alguien pide a una persona que apenas no haga nada, que permita, que no se tome tan en serio, que experimente su propio interior como una fuente del ser, al revés de ser el centro del hacer.

El Campo de PULSACIÓN

                                        Polaridades Dinámicas

                                         Flexión  —  Extensión

                                       Tracción  —  Oposición

                                       Rotación  —  Canalización

                                    Activación  —  Absorción

   El corazón del bebé en el útero comienza a latir 21 días después de la concepción. El cuerpo tiene varias pulsaciones. Una pulsación llave relacionada a la emocionalidad es el ritmo de la respiración que inicia inmediatamente después del parto. Las circunstancias del parto tienen una poderosa influencia en nuestros hábitos de respirar. La inspiración comienza en el parto, como la expiración acaba con la muerte.

   Existe una relación entre la pulsación de la respiración y cada uno de los pares de campos motores precedentes, particularmente con los cuatro primeros. Si los movimientos de flexión y extensión fuesen alternados, abriendo y cerrando en cualquier articulación del cuerpo, con sincronización en el ritmo de la respiración, tendremos un proceso de coordinación. Ésta es visible en micromovimientos de la espina que aconteccen en la respiración relajada. Si la persona está tensa o cargada de diálogo interno, esta coordinación puede interrumpirse.

   Si el terapeuta posibilita o induce un ritmo de abrir y cerrar las piernas o brazos, por ejemplo, en sincronía con la respiración, existen dos maneras de crear esta coordinación: llamamos a esto de “acción de contención” y “acción de alivio”.

   En la “acción de contención” en los movimientos hacia afuera, inspiramos, extendiendo los brazos o piernas en la inspiración.

    En la “acción de alivio” en los movimientos hacia afuera exhalamos, extendiendo los miembros en la exhalación.

    El primero contruye límites y contiene carga: es útil en estados de miedo y debilidad. El segundo patrón es útil en estados de tensión o bloqueo: ayuda a abrir espacios, expresiones emocionales y descarga.

CONCLUSIÓN

   Los campos motores trabajan con el alma del músculo. Ellos expresan patrones de intencionalidad latente. Fueron la piedra básica de los esquema afecto motores tan básicos al desarrollo. Ellos unen movimiento en la respiración y movimiento en el sentimiento y pueden ser usados para construir una nueva imagen corporal reflejando la potencialidad de respuesta adaptable al stress del medio y para experimentar la alegría de vivir. Ellos son el corazón de nuestra comunicación no verbal, nuestro sistema de semántica del soma, el cual podemos “no escuchar” estando en situación de peligro, teniendo en cuenta que ellos consisten en aproximadamente 80 % de nuestra señalización en todas las relaciones cara a cara.

 

 

Sobre el Adaptador del Artículo

Rubens Kignel es economista y psicoterapeuta, formado por el C.B.I (Centro de Biosíntesis Internacional) de Zurich y por  el Instituto de Psicología Biodinámica de Londres, fundador del Instituto Japonés de Biosíntesis, miembro y representante de la Asociación Europea de Psicoterapia Corporal y de la Escuela de Psicología Biodinámica Evolutiva francesa y director del Instituto Brasilero de Biosíntesis.

Dr. David Boadella

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Dirección general: Lic. Gastón Rigo

Psicólogo UBA / Psicoterapeuta Corporal con Certificación Internacional

International Senior Trainer of Biosynthesis