Polaridad y Carácter.

Polaridad y Carácter

traducido por: Silvina Alterman

Parte I:

Principios Básicos y Desarrollos

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La bipolaridad es una característica básica del universo y del ser humano. Tenemos que distinguirla claramente de dualidad, que es la separación del mundo del ser humano en dos mitades incompatibles o mutuamente desconectadas. La polaridad se encuentra en los procesos naturales básicos tales como electricidad positiva y negativa; energía y materia; onda y partícula; femenino y masculino; día y noche; norte y sur.

La bipolaridad fue desarrollada como concepto en los comienzos de la historia de Occidente a través de la escuela de Pitágoras y desde entonces se ha convertido en el elemento principal de la ciencia moderna y la matemática, el complejo campo numérico también utiliza la bipolaridad en la forma de números positivos y negativos. La polaridad también es un concepto básico en el campo de la comprensión subjetiva de la experiencia, ya que podemos definir cualidades de un espectro con extremos en cada punta, por ejemplo frío-caliente, seco-mojado.

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La comprensión bipolar del temperamento

Hipócrates, quién fue influenciado por un discípulo de Pitágoras, Alcmeón, fundó la escuela Griega de medicina basada en la enseñanza “mens sana in corpore sano”. De esta escuela surgen las primeras consideraciones sobre el temperamento como dos pares de tendencias bipolares vinculadas a los cuatro elementos de la tradición filosófica Griega: tierra-aire, fuego-agua, dando origen a los temperamentos melancólico, flemático, colérico y sanguíneo. En los primeros siglos del milenio pasado la escuela de Galeno depuró esta enseñanza y fue Dretschmer quién la hizo resurgir en la era moderna. A principios de los años setenta Hans Eysenck actualizó la forma de transmitir el temperamento basado en una moderna comprensión neuro-fisiológica del sistema nervioso utilizando tres escalas bipolares. El trabajo de Eysenck sobre la biología de la personalidad fue una de las raíces de la comprensión del temperamento y carácter en Biosíntesis tal como fue publicada en Mapas del Carácter en 1977.

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La proporción áurea en la comprensión tradicional de los rasgos de carácter

Aristóteles, con escaso conocimiento y basado en el concepto de bipolaridad de Pitágoras, introdujo la idea de la proporción aurea en sus reflexiones “Etica a Nicómaco”: la virtud es un estado que se encuentra entre dos vicios situados a ambos lados de ésta.

Los descubrimientos de Aristóteles fueron consolidados particularmente por el neo-platonismo con Albino y resurgieron en la edad media con el trabajo de Maimónides, el filósofo judío del siglo trece.

Aunque no se vinculan directamente con el saber sobre el temperamento de la escuela de Hipócrates, las enseñanzas sobre el carácter ético de la tradición Aristotélica guarda grandes similitudes basadas en el subyacente concepto común de polaridad.

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Estrés transmarginal

En las primeras décadas del siglo pasado Pavlov introdujo el concepto de “estrés transmarginal” basado en su trabajo con estados emocionales extremos en animales de laboratorio. Este concepto se basa en el descubrimiento de que nuestra respuesta a los estados de estrés está gobernada por patrones bipolares. Un animal puede responder a un cierto nivel de estrés con agitación y pánico, pero si el estrés aumenta hasta un determinado nivel, puede fluctuar dramáticamente hacia un patrón de respuesta aparentemente opuesto cruzando un margen que separa ambos estados. Las respuestas de estrés transmarginal parecen estar relacionadas con la división básica del sistema nervioso vegetativo en las secciones simpática y parasimpática. En el trabajo que René Spitz y John Bowlby realizaron a mediados del siglo pasado fueron observadas oscilaciones transmarginales similares en relación a la respuesta que dan los niños frente al abandono: un niño al comienzo respondía a la separación con agitación y luego con resignación. Los estados transmarginales también pueden ser fácilmente observados en dos respuestas emocionales humanas comunes a situaciones de temor: huida con pánico por un lado, retiro y encapsulamiento por otro. Aparecen respuestas similares a nivel de organización biológica en respuestas adaptativas al estrés estudiadas por Hans Selye. La teoría del estrés transmarginal de Pavlov fue un componente fundamental de la caracterología desarrollada por Frank Lake, teórico inglés en la clínica psicodinámica. Frank Lake y yo fuimos co-directores del Instituto para el Desarrollo del Potencial Humano en Londres y en ese tiempo en colaboración mutua desarrollamos los conceptos de carácter en Biosíntesis.

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Estados de catástrofe

La teoría de las catástrofes es una teoría matemática que puede aplicarse a cualquier proceso natural tiende a la oscilación entre extremos, bajo condiciones de estrés o “catástrofe”.

La teoría de las catástrofes ha sido aplicada al estudio de las transiciones entre estados de orden y desorden: a la organización de patrones climáticos (por ejemplo la oscilación polar entre las eras de hielo y eras más tropicales en la historia de la tierra); a procesos económicos (eventos de auge y derrumbe en el mercado financiero) y a procesos sociológicos, de revolución o de cambios dramáticos.

Un ejemplo de oscilación catastrófica en el escenario socio-político es el cambio de las condiciones pre-cortina de hierro con un estado económicamente controlado y una fuerte represión política en la vieja Unión Soviética a un extremo caótico del capitalismo salvaje y mafia económica con tendencia a la fragmentación debido a la aparición de luchas nacionalistas reprimidas como se vio en la guerra Chechenia.

El proceso de “histéresis” también refleja una oscilación catastrófica. El manejo de los estados catastróficos es el intento de recuperar un sistema donde uno de los polos pasa por un proceso de reequilibrio gradual, ya se trate de un equilibrio en la economía, en el sistema climático, social, o de la economía psíquica de un individuo. Naturalmente las modalidades utilizadas para lograr este equilibrio serán diferentes tal como los sistemas en cuestión son diferentes.

Podemos destacar intentos de recuperación en sistemas climáticos, terapia económica, terapia social, terapia somática, psicoterapia, etc… Gunter Schiepek presentó un trabajo en la primera Conferencia de Psicoterapia Suiza en Mayo de 1996 en el que observa que ciertos principios básicos de conducta de los sistemas fundamentales podrían ser comunes a todos los casos facilitando la comprensión del rendimiento de dichos sistemas en proceso de cambio.

La teoría de las catástrofes también puede ser utilizada para demostrar las oscilaciones transmarginales descriptas por Pavlov. El psicólogo clínico Peter Levine, especialista internacional en investigaciones del estrés, ha elaborado una eficaz aplicación de la teoría de las catástrofes al sistema nervioso autónomo en relación con las respuestas emocionales al estrés unificando tendencias de carácter.

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Polaridad en los trabajos de Janet, Jung y Reich

Durante gran parte del siglo pasado tanto en el trabajo de Freud y de los primeros teóricos del carácter como de los teóricos de las relaciones de objeto, la bipolaridad no era de importante impacto. En el trabajo de Pierre Janet, sin embargo, aparece la polaridad básica entre estados hipotónicos y asténicos. Carl Jung estudió con Janet en París en 1902 y según Henry Ellenberger Jung adoptó la idea de polaridad de Janet al hacer la distinción básica entre introversión y extroversión. Jung había sido también influenciado por la alquimia cuyas raíces se encuentran en el legado Pitagórico antes mencionado. Pierre Janet fue pionero en la terapia psicocorporal y trabajó vigorosamente con las polaridades del sistema nervioso vegetativo distinguiendo entre estados bipolares de hipertensión e hipotensión.

Si bien el concepto de bipolaridad no aparece en las primeras descripciones de los procesos del carácter referidas a principios de la década del ´30 por Wilhelm Reich, lo hallamos en el estudio biológico “Der Urgegensatz des vegetativen Lebens” (“La Función del Orgasmo”) y en su descripción de la oscilación entre el movimiento psico-energético del mundo hacia el self y del self hacia el mundo; descripción del patrón fundamental de atracción y rechazo que puede considerarse como un nivel más profundo de organización a nivel biológico de la polaridad  introversión/extroversión de Jung.

Alexander Lowen, uno de los sucesores de Reich y fundador de la bioenergética, no expresa el concepto de polaridad en las descripciones bioenergéticas del carácter; ni tampoco en el excelente desarrollo y posteriores descubrimientos del carácter en bioenergética que incluyen conceptos como relaciones de objeto y psicología del self en la caracterología de Stephen Johnson.

En 1974 publiqué en “Estrés y Carácter” (Energía & Carácter 5,1) un modelo temprano de los estados de carácter bipolar vinculado al trabajo de Lake y Pavlov. Y en un posterior artículo “Mapas del Carácter” relacionado al trabajo de Eysenck.

En una serie de artículos llamado “Entre el coma y la convulsión” presenté los conceptos del carácter centrales en biosíntesis con los desarrollos de Reich sobre la antítesis básica de la vida vegetativa, que más tarde amplifiqué en un estudio sobre la bipolaridad del sistema nervioso en estados de desequilibrio psicótico o para-psicótico y publiqué en el libro “La Carga de la Conciencia”.

Los descubrimientos del carácter en biosíntesis no pueden ser entendidos sin la comprensión paralela de la neuro-biología en el ser humano. El trabajo innovador de Stanley Keleman “Anatomía Emocional” sobre terapia de los procesos somáticos también toma la teoría bipolar del carácter desarrollada en forma independiente pero paralela a los descubrimientos de la biosíntesis.

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Posteriores desarrollos del concepto de polaridad dentro de las relaciones de objeto y en la teoría psicodinámica

En 1975 el terapeuta familiar Jürg Willi en su libro “Die Zweier-Beziehung” describe los patrones vinculares en las parejas, las que muestran frecuentemente un patrón bipolar dentro de la relación.

En la misma década Fritz Riemann, co-fundador del Instituto para la Investigación en Psicología y Psicoterapia de Munich, describió cuatro formas de ansiedad en los seres humanos basado en un modelo bipolar de dos ejes: la formación de fronteras y la vinculación con los otros que generan cuatro estados de ansiedad: esquizoide, depresivo, compulsivo e histérico.

El trabajo realizado por Daniel Stern se enfocó especialmente en el estudio de patrones bipolares vinculares entre padres e hijos de sobre-estimulación y sub-estimulación y las correspondientes tendencias de los niños. Esta forma particular de polaridad fue independientemente estudiada en el campo del desarrollo socio político por el sociólogo Latino Americano Paulo Freire quien describió los patrones habituales de invasión y abandono y los patrones reactivos sociales y humanos correspondientes.

En 1982 Stavros Mentzos publicó su clásico trabajo en psicodinámica: Neurotische Konfliktverarbeitung. Un concepto clave en este libro es el de la bipolaridad que utiliza para describir los estados del carácter, modos conflictivos, estilos defensivos y estados de integración. Mentzos utiliza la analogía de los músculos agonistas y antagonistas para ilustrar la polaridad natural como parte de nuestra adaptación para estar en el mundo. Establece un contraste entre la bipolaridad saludable y la tendencia a la escisión para desarrollar una polaridad a expensas de la otra; o la tendencia a oscilar entre extremos como en el concepto del estrés transmarginal.

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Etapas y procesos en el desarrollo del carácter

Desde que se comenzó a describir cómo se desarrolla un ser humano se utilizaron diversos esquemas que intentan explicar las distintas etapas por las que atraviesa un individuo desde el momento en que es un huevo fertilizado hasta la consumación de su vida. Podemos pensar en Freud, Piaget, Ken Wilber y muchos otros expertos en el desarrollo humano.

En años recientes se han establecido considerables argumentos en cuanto al alcance que podrían tener los descubrimientos psicodinámicos en la formación de la neurosis y el carácter humanos, y su compatibilidad con las investigaciones sobre la infancia. La revista austríaca “Pulsation” publicó hace poco un excelente resumen escrito por Peter Geissler sobre compatibilidades y conflictos entre estos dos abordajes.

Los conceptos de carácter en Biosíntesis están relacionados con la descripción del desarrollo humano en la temprana infancia, representados en cuatro etapas o procesos principales que denominé: Ser, Tener, Hacer, Dar. Por supuesto se pueden establecer diferentes sub-etapas combinando clasificaciones más o menos elaboradas.

La consideración de cuatro etapas fundamentales tiene un correlato con los conceptos freudianos de las etapas oral, anal y genital con una etapa adicional temprana táctil. Es significativo que en el modelo de Jürg Willi encontremos también un esquema de cuatro etapas. Este modelo fue desarrollado en forma independiente un año después de las cuatro etapas en Biosíntesis. Sheldon Cashdan, teórico en las relaciones de objeto, describió cuatro fases en el proceso terapéutico que se corresponden análogamente a los cuatro procesos descriptos en la teoría del desarrollo en Biosíntesis.

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Evolución del modelo de las cuatro etapas

Si mejoramos el modelo de las cuatro etapas podemos crear sub-divisiones dentro de los temas principales, y estaríamos desarrollando un modelo de ocho procesos fundamentales de desarrollo que son básicos en la vida emocional del individuo y sus relaciones. Si los tomamos ante todo como procesos, entonces la discusión sobre a qué etapa cronológica del desarrollo exactamente corresponden pierde su significado. Como señaló Hilarion Petzold los temas cruciales son procesos que duran toda la vida aunque podrían tener un énfasis especialmente  importante en alguna fase particular. Fases tardías podrían activar crisis o conflictos o reactivar aquellos que quedaron sin resolver en etapas previas. En la discusión sobre la etiología de la neurosis y qué sucedió y cuándo para generar qué cosa deberíamos estar abiertos a darle importancia tanto a los eventos de la primera infancia como al impacto de eventos tardíos en la vida. Podría argumentarse que cuanto más temprano el trauma, más profundamente podría afectar y más poderosos serían sus efectos: al mismo tiempo el niño pequeño tiene mucho más tiempo para vivir eventos reparadores o de aprendizaje mientras que los individuos mayores podrían resistirse más a los cambios por su edad y no por su juventud.

Un modelo de cuatro etapas que evoluciona en un modelo de ocho procesos utilizando el concepto de bipolaridad creará una matriz para describir dieciséis tendencias fundamentales del carácter humano. Kerstin Hentschel desarrolló un modelo como parte de un cuadro descriptivo del carácter luego de mantener largas conversaciones conmigo y de considerar conceptos centrales del carácter en Biosíntesis.

Parte II:

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Procesos fundamentales dentro de los sistemas

Podemos reconocer ciertos procesos fundamentales encontrados en muchos sistemas y que también predominan en el ser humano. Distingo los siguientes como especialmente significativos:

a.            Identidad y diferencia: ciertamente fundamental a nivel de la organización de las células y crucial en el funcionamiento del sistema inmunológico y la habilidad para reconocer substancias normales y extrañas para el cuerpo.

b.           Todo y parte: para Ken Wilber ésta es la cuestión del organismo; la tendencia a realizar la propia actividad diferenciada y la comunión o habilidad para servir a una comunidad de moléculas, células o personas.

c.            Asimilación y eliminación: tanto las galaxias como las células absorben material y lo eliminan – los procesos de entrada y salida son características fundamentales de la naturaleza.

d.           Orden y caos: en estado de orden los sistemas se ven limitados en su grado de libertad. En estado de caos los eventos son menos predecibles y aparecen más aleatorios y menos oprimidos.

e.            Inhibición y facilitación: los eventos se manifiestan en el movimiento y pueden detenerse. Los volcanes entran en actividad y en inactividad. Se puede condicionar al organismo animal por medio del premio y el castigo.

f.  Atracción y rechazo: o atracción y repulsión. Hay procesos que acercan a los sistemas y otros que los alejan. En la vida animal existe el apetito por la comida o por una actividad e inclinaciones o desgano, contrarios al apetito.

g.           Adaptación y asimilación: un sistema puede adaptarse a otro y viceversa. Un organismo  puede alimentarse del ambiente o el ambiente puede alimentarse de un organismo.

h.          Actividad y receptividad: los sistemas pueden generar actividad iniciando procesos o pueden reaccionar a ellos, responder a ellos o ser representados por ellos.

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La jerarquía de las necesidades humanas

A principios de la década de los ´50 Abram Maslow describió una jerarquía de necesidades humanas comenzando por las simples necesidades fisiológicas hasta llegar a niveles de mayor complejidad tales como necesidades emocionales, mentales, culturales y espirituales.

En los procesos de las necesidades humanas básicas el principio de bipolaridad resulta ser sobresaliente. Algunos ejemplos tomados de las necesidades fisiológicas:

a.            Respirar. Necesitamos inhalar y exhalar. La respiración podría desbalancearse en el sentido de excesiva o insuficiente, hiperventilación o hipoventilación. Ambos estados se observan detalladamente en psicocorporalidad y están íntimamente relacionados con estados emocionales específicos. He realizado un minucioso estudio de estos procesos en mis escritos “Entre el coma y la convulsión”

b.           Comer. Reconocemos los estados psicopatológicos de la anorexia nerviosa (comer muy poco) y en la bulimia (comer demasiado y luego auto-inducir el vómito). Ambos procesos están claramente vinculados a estados de personalidad particularmente neuróticos.

c.            Dormir. Hay personalidades que aman trabajar y tienen dificultades para dormir, hay otros tipos que aman dormir y tienen dificultades para trabajar. Los ritmos de actividad y descanso son básicos para el ciclo de una vida equilibrada y podrían desequilibrarse en cualquiera de ambas direcciones.

d.           Abrigo. Nuestro planeta ha construido un medio ambiente que posibilita la existencia de la vida entre los extremos del hervor y el congelamiento. El carácter y la cultura tienen una relación mutua tal que los estilos temperamentales en el trópico son de algún modo diferentes de aquellos en el ártico. Algunos tenemos la tendencia a sentir frío y con frecuencia buscamos abrigarnos; otros tendemos a sentir calor casi todo el tiempo y frecuentemente buscamos refrescarnos.

e.            Resguardo. La necesidad de resguardo es básica para el ser humano pero la psicopatología nos muestra dos extremos en relación a los espacios: en un extremo la claustrofobia, el sentimiento de que los espacios son demasiado restrictivos y se buscan lugares abiertos; en el otro, agorafobia, se necesita un espacio que genere seguridad y los lugares muy abiertos son peligrosos.

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El diagnóstico de necesidades y conflictos

1.          La necesidad de tener una identidad y de reconocer la identidad en los demás. En condiciones de conflicto esto se presenta como la pelea para establecer una identidad separada algunas veces a expensas de amenazar el sentido de identidad del otro; o la pelea para fundirse con la identidad de otro frecuentemente a riesgo de perder el propio sentido de la identidad. Podemos observar una similitud entre este nivel y el punto “a” del ítem 10.

2.          La necesidad de reconocer el propio sistema de valores y de distinguir entre los propios aspectos buenos y malos y los aspectos buenos y malos de los demás. Estas son las bases de la ética y la sociabilidad compasiva. Los conflictos patológicos muestran tendencias a la sobrevaloración o a la subestimación tanto de uno mismo como de los demás. Hay una clara relación con el punto “f” del ítem 10.

3.          Por un lado la necesidad de desarrollar autonomía individual y dirección personal y por otro lado la de depender de otra persona en una relación. Stavros Mentzos consideró que el conflicto neurótico entre dependencia y autonomía es el más fundamental de todos, implícito en muchos otros.

4.          La necesidad de dar y de recibir ayuda. Los conflictos muestran el desequilibrio tanto de la excesiva necesidad de los demás con poca posibilidad de dar ayuda; o de cuidar a los demás en demasía con poca capacidad de recibir cuidado. Tales conflictos surgen en la relación de dar y recibir nutrición y luego se generaliza a otras formas de apoyo.

5.          La necesidad del premio y castigo (punto “e” del ítem 10) refleja el requerimiento de una respuesta sobre cómo el entorno siente nuestras acciones, qué es aprobado y qué es desaprobado. En condiciones de conflicto está la tendencia a culpar a los demás cuando no lo merecen o a internalizar la culpa y sentirse mal por la propia conducta aún cuando no hubo falta.

6.          Las necesidades complementarias de orden, estabilidad y seguridad en lo conocido y de libertad, espontaneidad y creatividad en lo desconocido (punto “d” del ítem 10). En los estados de conflicto se transforman en una batalla por el control de uno mismo y de los demás o en la lucha por escapar a tales controles.

7.          y  8. Un complicado proceso de adaptación y asimilación se desarrolla entre dos personas a nivel sexual en donde encontramos sutiles ritmos de actividad y reactividad, afirmación y receptividad en el mutuo intercambio. Las imposiciones culturales de lo que se espera y se acepta socialmente para ambos sexos puede causar estragos en el progreso del ritmo sexual natural en las relaciones amorosas. Podemos encontrar una comparación  con los puntos “g” y “h” del ítem 10.

Henstschel ha desarrollado posteriores relaciones entre estos ocho niveles y otros modelos psicodinámicos de polaridad.

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Entre problemas y recursos

En las enseñanzas tradicionales que se desarrollaron desde los tiempos de Pitágoras, pasando por el cristianismo gnóstico, el sufismo y el kabbalah judío, las distorsiones del carácter son consideradas como espejos deformados que perturban, decoloran o bloquean la expresión de nuestras cualidades. En el extremo del eje de esta dinámica encontraremos las cualidades no distorsionadas de una persona tanto en su forma individual y personalizada como en su aspecto arquetípico. El eneagrama moderno desarrollado por Athanasius Kircher, Gurdijeff, Oscar Ichazo en Chile y Clauido Naranjo en los EEUU reconoce nueve tipos fundamentales de personalidad cada uno capaz de reducciones, limitaciones, excesos o carencias, distorsiones o trastornos. 

La Psicoterapia es una profesión que busca tratar problemas humanos a los que llamamos neurosis. Algunas veces, tal como nos lo recuerda Thomas Szasz, la neurosis del otro aparenta ser un problema mayor para nosotros que para el otro. Ciertamente cuando nos encontramos con una situación obligatoria de internación o medicación nos confrontamos un tanto crudamente con la psico-política del derecho a ser diferente. Szasz es conocido por defender el derecho de los esquizofrénicos a tener una visión del mundo que la mayoría de nosotros no comparte, una visión del mundo reconocida y apreciada en culturas chamánicas.

James Hillman ha escrito brillantemente sobre los peligros de hiperpatologizar al inconciente.

Wilhelm Reich mencionó en sus escritos que las llaves de la coraza que nos encierra y bloquea a nosotros y entre nosotros (a la que los cristianos llamaron infierno: “en el interior, apartado” y que genera pecados: “tropezar, perder la huella, la dirección de la propia vida”) se encuentran en el cuerpo, dentro de la coraza misma. Cada calambre, bloqueo, tensión, defensa, resistencia, contracción retiene un impulso por miedo; que en su forma genuina es claro, simple y de ninguna manera patológico.  En la base de cada estado neurótico, Reich nos recuerda, hay una porción de naturaleza humana decente, simple, sin distorsión. Stavros Mentzos menciona que no existe el sadismo destructivo innato. Más bien existe la primacía de la agresión constructiva hacia el progreso de la vida que puede ser transformada en su opuesto bajo condiciones de malevolencia social. Las trampas del carácter son de este modo contenedores que incuban y nutren recursos claves que necesitamos. Las trampas del carácter son oportunidades bloqueadas, la neurosis es el envoltorio con que se expresan las cualidades, la psicopatología son las semillas de la cultura a las que nos enfrentamos para bien o para mal, tarde o temprano, en cualquier camino en que nos encontremos entre el primer y el último aliento. El punto de vista neurótico nos deja víctimas de nuestros condicionamientos, arrojados al mundo como dijo Heidegger, sin sentido y perdidos para caer en un eterno vacío.

Conectarnos con lo que somos a un nivel más allá de los condicionamientos del carácter nos permite superar el trauma de nuestra existencia desplegada en el drama, hacia nuestra esencia.

Referencias Bibliográficas:

1- Boadella, D. (1997) «Attunement and the care of the soul: the legacy of Pythagoras», in Energy and Character, vol 28 n°2.

2- Eysenck, Hans (1996) The Biology of Personality, London: Routledge.

3- Boadella, D. and Smith, David (1976) Maps of Chracter, Weymouth: Abbotsbury Publications.

4- Aristotle, (1995) Nicomachean Ethics, London: Penguin Books.

5- Albinus (1991) Diskaskalokos (The Platonic Doctrines of Albinus), Grand Rapids, Phanes Press.

6-Maimonides, Moses (1975) Ethical Writings, New York, Dover.

7- Pavlov, Ivan (1929) Lectures on Conditioned Reflexes, New York: Martin Lawrence.

8- Selye, Hans (1974) Stress without distress, World Health Magazine.

9- Lake, Frank (1966) Clinical THeology, London: Darton, Longman and Todd.

10- Schiepek, Gunther (1994) Speech at 1° Scientific Congress of the Swiss Psycotherapy Charta, Zurich.

11- Levine,Peter (1997) Waking the Tiger: Healing Trauma, Berkeley: North Atlantic Books.

Dr. David Boadella

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Dirección general: Lic. Gastón Rigo

Psicólogo UBA / Psicoterapeuta Corporal con Certificación Internacional

International Senior Trainer of Biosynthesis