Psicoterapia y Masaje.

DIMENSIONES DEL MASAJE EN PSICOTERAPIA CORPORAL BIOENERGETICA (un aporte desde la Psicología Biodinámica Evolutiva)

COMENTARIO

Como psicoterapeuta somático sentí la necesidad de hacer un aporte por un lado bibliográfico y por otro lado vivencial a un tema tan específico dentro de este campo.

Con el tiempo fui observando que muchos pacientes no eran suceptibles de producir modificación alguna en sus cuerpos si no era a través de la ayuda, toque, del terapeuta. Es decir mi cuerpo se transformó en herramienta a la hora de engendrar dicho proceso de movilización y cambio.

Los núcleos primarios de las personas, ya sea con problemáticas esquizoides u orales, con daños en la construcción del self temprano necesitan del toque para ser tratados y de esa manera, “construir cuerpo”.

Y en problemáticas , no tan primarias, de coraza muscular generalizada, el masaje biodinámico contribuye para hacer más efectivo la entrada a los ejercicios bioenergéticos clásicos y con ellos a la conexión emocional y al despertar de las representaciones cargadas de intensidad energética.

Por otro lado, el toque con las manos- como hecho milenario- abre en el terapeuta un acceso directo (a través de imágenes y sensaciones) a lugares quizás no conocidos del paciente (inconcientes , no suceptibles de conciencia en términos simbólicos), y, guiado por su intención, cura zonas que están por fuera del lenguaje pero que hacen a la construcción de subjetividad.

Sin más, los dejo con el artículo,

Que lo disfruten!

Lic. Gastón Rigo

————————————————————————————————————–

PSICOTERAPIA Y MASAJE

«Reflexiones sobre la relación paciente-terapeuta

*André Samson

-Formado en Psicología Biodinámica Evolutiva en el Instituto de Gerda Boyensen de Londres.

–International Trainer en Psicología Biodinámica

-Miembro de United Kingdom Standing Conference for Psychotherapy

Artículo publicado en la Revista Reichiana n° 5 -1996- del Instituto Sedes Sapientae- San Pablo, Brasil- Traducido por Gastón Rigo

Este artículo nació de una discución en clase. Los alumnos terminaron un curso de masaje y comienzan ahora a aprender psicoterapia. Las discuciones calurosas me incentivaron a presntar este texto. Resumiendo, son estas cuestiones: cual es la diferencia entre el trabajo de masaje y el de psicoterapia? Cuando es que un trabajo de masaje se torna psicoterapéutico. Dónde termina el masaje y comienza la psicoterapia y viceversa?

La idea principal sería entonces la de hacer una investigación que pudiese esclarecer las diferencias básicas entre esas dos formas de trabajo. Comencé con tal investigación, percibiendo que talvez fuese más interesante, en este momento, explorar las semejanzas, una vez que la confusión estaba siendo generada justamente en el lugar donde las dos se encuentran, o sea, en la relación paciente- terapeuta (transferencial y contratransferencial). Creo que cuanto más claras están las semejanzas, mas claras quedan las diferencias. Recogí entonces material teórico que abordase tal semejanza, buscando hacer una aproximación que pudiese traer cierta claridad al asunto. Utilicé la Psicología Biodinámica como «telon de fondo» en el sentido de reunir tal material de manera lineal y coherente.La intención es crear una discusión, pues no considero de ninguna forma que el asunto esté agotado aquí.

Muy por el contrario, este artículo apenas demuestra que existe una preocupación en relación al asunto presentado y explorado por autores de diferentes líneas teóricas.

Introduciré la cuestión de las diferencias para atenerme después a una exploración más detallada de las semejanzas mencionadas encima. Tanto el masajista como el psicoterapeuta tratan con pacientes. Los dos trabajan dentro de un contexto de privacidad, donde el paciente se expone para verse a sí mismo. En la psicoterapia el paciente expone lo que piensa y lo que siente para el terapeuta. En el masaje él expone su cuerpo, su circulación energética, sus sensaciones corporales, y muchas veces sus emociones. Pensamientos, emociones, sensaciones, circulación energética, inconciente, todo tan interligado, tan complementario y parte de lo mismo.

Masaje y psicoterapia son formas diferentes de trabajar con el mismo paciente, y son extremadamente complementarios. El masajista estimula la circulación energética y el psicoperistaltismo del paciente (psicoperistaltismo, término utilizado por Gerda Boyensen-1985- para definir la capacidad de los intestinos de digerir el stress y la tensión nerviosa, más allá del bolo alimenticio), mientras que el psicoterapeuta cuida de los contenidos psíquicos que surgen con el proceso. El masajista lidia directamente en lo orgánico, estimulando en el paciente sensaciones, despertando la memoria corporal presente en la corazas, y encaminando el contenido emergente para la picoterapia. El psicoterapeuta recibe el contenido y lo profundiza, buceando en el pasado, estimulando la concientización, y creando espacio para el desarrollo del paciente, para llegar a lo que Gerda Boyensen -1985- llama de «bienestar independiente» (bienestar independiente es, para el terapeuta biodinámico, un parámetro de salud, donde el individuo, con un ego estructurado, siente un bienestar que facilita sus relaciones con los medios interno y externo.).

La diferencia entre psicoterapia y masaje, cuando se buscan definiciones y estudios, es aparentemente grande. El masaje nació del concepto del contacto físico y existe hace varios milenios como parte de las medicinas orientales. Masaje implica tocar con las manos.

«La simple imposición de las manos, inmovilizadas o practicando un leve deslizamiento, tiene a veces, sobre el sistema nervioso una acción manifiesta; dependiendo de los casos, ella calma las personas excitadas y contraídas, o anima las deprimidas. Es un efecto de causa aparentemente misteriosa, que no todos los masajistas consiguen, pero que hace que muchos de los masajeados queden presos a los masajistas que los realizan. Puede llamarse de neurotónico este efecto de simple contacto con las manos». (Ruffier,1979)

Masaje estimula el sistema nervioso:

«El masaje trae a la piel sensaciones tactiles multiplicadas, intermitentes, ritmadas, repetidas. Cuando las manos pasan, por deslizamiento o fricción, de una región para otra, no dejan ningún corpúsculo de tracto inherte; y todas las impresiones táctiles tienden a lanzar en los centros nerviosos un cúmulo de influjo que, transformado y dejado de reserva, constituye una fuente de actividad física y psíquica; es una especie de recarga de nuestros acumuladores nerviosos. De ahí viene el sentimiento de bienestar y de ánimo que un masaje bien hecho generalmente proporciona.»

Masaje es una forma íntima de contacto entre dos personas:

«A través de nuestras manos, podemos canalizar el amor existente en nuestros corazones, en el sentido de aliviar el sufrimiento de aquellos que nos rodean.» (Gordon, 1978)

La psicoterapia con base psicodinámica estudia la relación del inconciente con la conciencia. Las «escuelas verbales» basaron su formación técnica en el trabajo con el representante de la pulsión, en cuanto que las «escuelas corporales» buscan desenvolver maneras de actuar sobre la base somática de la pulsión, o sea, la energía libidinal.

«En el sentido amplio, psicoterapia es, cualquier método del tratamiento de los disturbios psíquicos y corporales que utilice medios psicológicos y, mas precisamente, la relación entre el terapeuta y el paciente: la hipnosis, la sugestión, la reeducación psicológica, la persuación, etc.» (La Planche y Pontalis, 1922).

o entonces:

«Defino psicoterapia como siendo el arte de aliviar dificultades personales a través de la acción de una relación personal y profesional». (Storr, 1979)

El masajista toca al paciente con sus manos, hace una lectura del estado de este y aplica el tratamiento. Independiente de la técnica, si más corporal o más energética, la relación es esta. El psicoteraputa se apoya en métodos verbales (interpretación, espejamiento, explicaciones, etc) o corporales (ejercicios de mobilización y concientización corporal), dependiendo de la línea de trabajo. Lo que es irrecusable es el hecho de que la psicoterapia tiene efecto somático y el masaje, efecto psíquico.

Reich exploró a fondo la relación directa entre mente y cuerpo:

«Gradualmente quedó claro que la intensidad de una idea psíquica depende de la cantidad de excitación somática con la cual está combinada».

Con esta definición comienza a quedar claro como la línea que separa el masaje de la psicoterapia es ténue. La contribución reichiana sirvió para esclarecer innumerables confusiones, creando espacio para que surgiesen técnicas y teorías que combinasen masaje con psicoterapia.

Gerda Boyensen, fundadora de la Psicología Biodinámica, desenvolvió toda una línea de trabajo basada en la relación del masaje com la psicoterapia:

«Es posible influenciar, por el masaje, el inconciente y las emociones encapsuladas» (Boyensen 1985)

Las técnicas de masaje que creó son todas practicamente fundamentadas en el mismo principio: el de movilización y derretimiento de la coraza defensiva, y el de construcción de un sistema de defensa flexible. La psicoterapia engloba desde el contacto y la lectura corporal a través del masaje y de ejercicios de vegetoterapia, hasta la integración psicológica a través del trabajo con el contenido verbal.

Masaje y psicoterapia se encuentran en la relación. Tanto una como la otra suceden entre cuatro paredes, con dos personas presentes: el paciente y el terapeuta (usaré el término genérico para referirme tanto al masajista como al psicoterapeuta). El paciente busca crecer y madurar, desenvolviendo una relación saludable entre la conciencia y el inconciente. El terapeuta es el facilitador, movilizador y organizador del proceso de autoregulación del paciente. Tanto el masajista como el psicoterapeuta viven una situación transferencial y contratransferencial, una relación de contacto.

Para obtener una comprensión más amplia de esta relación, opté por incluir también la cuestión de la circulación energética. El estudio de la energía vital en el organismo nos introduce en la idea de que una vez que entran en interacción en un mismo espacio, dos personas tendrán sus campos energéticos en contacto, acarreando un intercambio tanto conciente como inconciente.

Reich mostró que la energía libidinal es la manifestación biológica de la energía cósmica. Relacionó la libre circulación energética con la salud y su bloqueo con la patología. Circulación libre de bioenergía significa un sistema de defensa operante y flexible, sin la ocurrencia de cristalizaciones, llamadas por Reich de corazas. El explica como circula la energía:

«En la materia orgánica, las funciones de la mecánica (tensión y relajación) y las de la electricidad (carga y descarga) están combinadas de una forma no conocida por la materia inorgánica.»

Estas cualidades específicas determinan un patrón de funcionamiento somático y psicológico.

«Belleza, compasión, gracia, nobleza y pasión son algunas de las cualidades eternas que pasan a ser contactadas. Las corrientes de energía vital que fluyen por el cuerpo pueden ahora salir, para afuera del cuerpo, como también nuestra percepción. Comenzamos a interaccionar con alguna cosa más amplia que nosotros mismos. Nuestras sensaciones se expanden más allá del cuerpo físico, nuestra percepción más allá de los límites de la mente.» Boyensen)

Reich observó y remarcó la importancia de la sensación como principal concientizador de la energía vital.

«Apenas la sensación del proceso dentro y fuera de nosotros mismos es lo que nos da la llave de los secretos más profundos de la naturaleza…»

«La sensación es una función, la función de la membrana límite que separa el sistema vivo del océano de orgón que lo circunda. El cuerpo vivo y orgonótico se comunica con todos los otros sistemas de orgón a través de esta membrana. No es por accidente que los nervios sensitivos se originen en el ectoderma, camada germinal externa de la gástrula.»

La sensación de órgano es el instrumento definido por Reich como siendo perceptora de la circulación energética. Con ella podemos sentir al otro, estableciendo una relación no verbal rica y comunicativa.

«El instrumento más importante es la sensación, sea ella sensación de órgano interna o percepción sensorial externa».

La sensación de los mundos interno y externo implica en el contacto con pensamientos, emociones, imágenes, todo lo que permea la vida de una persona, lo que pulsa y lo que pasa, los ciclos evolutivos y los circulos viciosos.

«Espacio potencial es aquel en el cual dos personas actúan creativamente». (Winnicott, 1971)

Boadella cita a Winnicott cuando habla sobre la «resonancia», un estado donde ocurre la relación de imago entre paciente y terapeuta.

«Amar es propiciar al otro el conocimiento de sí mismo. Es una definición soberbia de amor terapéutico. Amar es propiciar, desenvolver. Es fácil reconocer cuando alguien está realmente propiciando, cultivando en el otro ese proceso exploratorio.»

La relación paciente- terapeuta, o relación transferencal y contratransferencial trae para el consultorio las dimensiones pasadas de ambos individuos, como también la capacidad de sentir lo que el otro siente, sea conciente o inconciente. Debido al encuentro de dos campos energéticos, el intercambio que ocurre es practicamente infinita en su dimensión.

Boadella describe un paciente que provoca enfado en el terapeuta, comentando: «Qué es lo que el paciente está haciendo que produce tanto enojo? Qué significa esto en la integración energética? El terapeuta está usando, en verdad, su enfado -que es contratransferencial- para obtener datos al respecto de lo que está aconteciendo en la sala.»

La capacidad de percibir aquello que el otro siente -como una herramienta terapéutica- fue introducida por Melanie Klein primeramente como un mecanismo de defensa, pero también como siendo la base de la empatía:

La identificación proyectiva también tiene sus aspectos de valor. Para comenzar, es la forma primordial de empatía y es en las identificaciones proyectiva e introyectiva que está basada la capacidad de “colocarse en elos zapatos del otro”. La identificación proyectiva también es base para la primera formación simbólica. El ego forma sus símbolos más primitivos proyectando partes de sí mismo e identificando partes del objeto como siendo suyas.”

Identificación introyectiva, un estado somático de percepción del otro, en el cual se puede sentir al otro a través de sí. Es la base de la relación madre- hijo y a través de esta capacidad puede haber comunicación no verbal íntima.

En palabras de Boadella (1982):

Proyección está esencialmente relacionada con el no reconocimiento de algo en sí mismo que es visto en el otro, que talvez ni tenga ese aspecto. Introyección es sentir algo en sí que talvez no sea suyo, fue absorvido de otra persona.”

Tanto el masajista como el psicoterapeuta trabajan con la identificación introyectiva. El masajista cuando pone las manos en el paciente recibe las informaciones en su propio cuerpo. Más allá de la lectura corporal basada en la técnica, él se abre para sentir lo que siente el paciente. Masajistas son capaces de sentir la emoción predominante en el paciente en un momento dado. Algunos pueden sentir el dolor que está por detrás de una sonrisa, la tristeza por detrás de un estado depresivo y la ternura reprimida escondida sobre una máscara de frialdad. El psicoterapeuta puede sentir lo que las palabras no dicen, y el contenido emocional de lo que está siendo dicho. Así puede elegir lo que es de mayor importancia, lo que tiene mayor aglutinación de afecto, o mayor cantidad de bioenergía.

A continuación una serie de sugerencias para el trabajo con la identificación introyectiva, sugeridas por una masajista:

Para identificar las características de la energía que usted siente…, pasela para arriba, de su centro para su cabeza. Esta analiza apenas aquello que su abdomen ya experimentó. Categoriza lo sentido, confiriendole un nombre: miedo, indiferencia, satisfacción… primero usted siente con la barriga, cuando la información llega al cerebro, ya está completa su respuesa emocional… Para leer claramente la energía, usted tiene que estar vacío o en blanco por dentro… un estado de concientización de la energía… no un estado de ausencia de sentimiento y sensaciones… conciente de la fuerza vital” (Miller, 1979)

Es posible encontrar en toda la literatura del masaje y terapias corporales trechos en que el autor presenta la cuestión de la sensibiliad del terapeuta y aquello que el puede percibir con sus manos. En la psicoterapia también es posible encontrar diversos estudios sobre el tema. En el trabajo de Natan Schwarz- Salant aperece una distinción interesante. Él está discurriendo sobre la cuestión de la empatía como siendo otra forma de abordar la identificación introyectiva. Pesenta una división de la empatía en dos grupos, creando los término “empatía psíquica” y “empatía somática”:

La empatía, tal como la conciencia en general, presenta una cualidad distinta cuando toma como referencia principal no más el inconciente psíquico, sino el inconciente somático. En las proximidades del inconciente somático, nuestra empatía es mucho más una función de una participación mutua, en la cual ambas psiquis operan simultaneamente.”

La empatía psíquica –tipo de empatía a la que Jung se refería como introyección o “sentir para adentro”- extrae informaciones y se configura como un proceso en el cual hay un observador (el analista) que acciona sobre el campo de la información, la psique del paciente”.

La empatía somática, por otro lado, envuelve un descubrimiento mutuo en términos de imaginación y de conciencia incorporada. La primera –psíquica- es más distante y reflexiva; esta última –somática- más vinculada con el momento y con el cuerpo”.

Al trabajar de forma “incorporada”, tendemos a constelar, en los pacientes, procesos que ellos son capaces de integrar concientemente como parte de su proceso de individuación creciente. En contraste, cuando se trabaja de una forma menos incorporada, interpretativa, intuitiva o de empatía psíquica, el analista costumbra estar “en lo cierto”, pero provoca el surgimiento de contenidos e imágenes que no se encuentran sintonizadas con el ego. Así, esos contenidos presentan un efecto disociativo. Como resultado, se acumulan, con frecuencia, idealizaciones defensivas.

La conciencia de raíces asentadas en el inconciente somático siempre se encuentra en los límites de aquello que fue integrado… por consiguiente, trabajar de esa manera lleva a un frecuente descubrimiento de imágenes y hasta de funcionamientos del inconciente que parecen bastante verdaderos en el momento, pero que luego se disipan y son extremadamente dificiles de recuperar. Son como un sueño que se encuentra muy distante de la conciencia y que es muy difícil traer de vuelta para la percepción conciente.”

Aquí aparece la importante referencia al hecho de que la empatía somática presenta su contenido en la conciencia en forma de imágenes e “insights”, que deben ser retomados y discutidos en la sesión de terapia, pero solo observados y revertidos para el lenguaje silencioso del toque, cuando el contrato de trabajo es de masaje.

“Por tanto, siempre debemos ser capaces de no saber, debemos estar dispuestos a trabajar aquellos aspectos de nosotros mismos que todavía precisan de reflexión, pues, de lo contrario, el análisis degenerará en una posición de poder, en vez de un espacio creativo con su realidad siempre presente.”

Gerda Boyensen acentúa la imortancia de la postura de “no saber” y de respeto al “tempo” del paciente, haciendo “amistad” con su resistencia. La difícil tarea de quedar confortable en este papel tiene como recompensa la profundización del vínculo terapéutico. El estado de identificación introyectiva es justamente un estado de “no saber”. La Psicoterapia Biodinámica fue construida sobre una base perceptiva acentuada por parte del terapeuta. Las técnicas son moldeadas de forma de tocar al paciente como este precisa ser tocado, creando una resonancia que transmite seguridad para que pueda haber abertura e integración personal. El trabajo corporal que acompaña el movimiento interno del paciente hace contacto con la memoria corporal, o sea, el contenido emocional reprimido y registrado al nivel de las corazas somáticas.

En la Orgonterapia, los recuerdos patogénicos emergen espontaneamente y sin esfuerzo, cuando las emociones somáticas atraviesan la coraza muscular.” (Reich)

La identificación introyectiva da informaciones constantes sobre la memoria corporal del paciente. Es posible construirse una idea sobre cual es la emoción que está por detrás de la condición somática, aunque esta no esté conciente para el paciente.

Permitiendome sobreponer conceptos de teorías diferentes, una vez qye Schwarz Salant propone sus conceptos dentro de una formulación jungiana, podría decir que el psicoterapeuta biodinámico también se basa y utiliza empatías psíquica y somática para su trabajo. El masaje y el toque en la vegetoterapia contribuyen para que el terapeuta reciba información precisa del paciente. El contacto físico facilita la empatía somática cuyo contenido es elaborado de acuerdo al contrato de trabajo: masaje o psicoterapia. El proceso es regulado de forma que el uso de las dos empatías está en constante equilibrio, de acuerdo con la necesidad del paciente. El terapeuta sigue la circulación energética al nivel somático y la integración verbal al nivel psíquico. El paciente pasa por fases en que tiene como prioridad ser tocado, precisa hablar o hasta quedar en silencio. El terapeuta sigue el movimiento, sintonizado.

Gerda Boyensen desenvolvió varias técnicas corporales cuyo intento es el de facilitar al terapeuta sentir lo que el paciente siente, y transmitir lo que está sintiendo. Las técnicas de masaje son construídas de forma que se adapten a la constitución física y psicológica del paciente. Para cada paciente existe un masaje, y para cada sesión, un masaje también.

Aalberse nos recuerda que la identificación introyectiva está relacionada a la primera relación, aquella entre madre e hijo. La madre utiliza esta capacidad inherente para percibir la necesidad de su bebé.

Tanto la madre como el terapeuta sienten en sus cuerpos ritmos vegetativos similares a los de la criatura o del paciente. Hacer sentido de estos ritmos nos torna capaces de comprender lo que el otro está sintiendo”.

Aalberse cita a Stattman:

Transferencia orgánica es como una persona, buscando conacto con otra, conciente o inconcientemente, tenderá a repetir sus tensiones, movimientos y padron respiratorio. Al hacerlo ella se sentirá, de cierta forma, como la otra, pudiendo así interpretar e integrar esas sensaciones y sentimientos.”

Y comenta sobre la importancia de la sintonia:

Cuando el receptor está en sintonía con el emisor, la inducción de sentimientos por parte de este, requiere un mínimo de esfuerzo”.

El autor también comenta que el receptor puede sentir lo que el emisor reprimió y transfirió, elaborando con su propio cuerpo. El emisor percibe que fue comprendido en un nivel orgánico profundo, pudiendo entonces abrirse más para el receptor y vivir el fenómeno de identificación introyectiva como tranquilizador y gratificante.

Cuando el receptor espeja el estado somático del emisor, de cierta forma, este percibe que su mensaje (inconciente) y estado somático son recibidos por el otro. El emisor se siente comprendido y más en contaco con el receptor, relajando debido a un sentimiento de gratitud. El quedará todavia más seguro si siente (conciente o inconcientemente) que el receptor puede lidiar con las sensaciones transferidas.”

El proceso de identificación introyectiva ocurre independiente de la voluntad del terapeuta. Así siendo, este puede, al no estudiar el fenómeno, caer en complementariedad:

“El terapeuta podrá percibir que está adoptando un papel complementario: el paciente se identifica con una parte de la polaridad y el terapeuta asume el papel opuesto. Por ejemplo:

Paciente Terapeuta

-se siente vulnerable -se siente poderoso

-se siente excitado – se siente exahusto

-se siente como un niño desolado -se siente como padre que da apoyo

-acciona como un padre que juzga -se siente como un niño culpado

El estudio de la identificación introyectiva es paralelo a la profundización personal, pues depende del autoconocimiento del terapeuta y su capacidad de sustentar el sentimiento proyectado sin apartarse de su paciente o responder de forma punitiva.

“La mejor manera de servir al proceso de cura es dejar que los sentimientos contratransferenciales ocurran, conteniendolos como un proceso de gestación, y demostrando al paciente que es posible vivir con tales sentimientos. El trabajo de contener los sentimientos, muchas veces casi insoportables, puede tornarse más fácil si el terapeuta pudiera dar sentido interno a ellos.”

Volvemos a la postura de no- saber:

“El terapeuta entra en un estado alterado inducido parcialmente por el paciente, explorando así los mundos imaginarios evocados por la dinámica transferencia- contratransferencia..”

La experiencia vivida en el proceso de identificación introyectiva es repetición de una experiencia pasada y fija. Es importante que se comprenda el contenido de esta experiencia y su consecuente formación de defensa, pero el cambio ocurre solo si hubiese una respuesta del paciente al momento del acontecimiento, o sea, la presencia de afecto en el proceso es indispensable para que ocurra la transformación.

Aalberse señala la dificultad de trabajar con la identificación introyectiva y presenta algunas situaciones en las cuales el terapeuta puede encontrarse:

-Bloquear o apartarse de los sentimientos inducidos.

-Actuar sobre los impulsos inducidos de forma inconsecuente (diferente de reflexionar sobre tales impulsos y accionar sobre ellos de forma terapéutica y creativa)

-Forzar al paciente a sentir los sentimientos e impulsos muy rápido.

-Interpretar la emergencia de los sentimientos como una señal negativa.

-Interpretar los sentimientos como siendo la única experiencia real del paciente, y por último, el miedo a enloquecer. Es posible que el paciente esté depositando alguna parte psicótica en el terapeua. Si este pudiera tolerar la experiencia podrá dar soporte al proceso del paciente.

Tanto el masajista como el psicoterapeuta viven el fenómeno de identificación introyectiva en sus consultorios. Las psicoterapias verbales estudian el fenómeno desde el punto de vista psíquico en cuanto que el masaje estudia el punto de vista somático.

Poder alternar y vivenciar los dos puntos de vista en el mismo espacio torna al terapeuta más completo. La psicoterapia Biodinámica presenta una posibilidad de unión de estos lugares. Si el terapeuta tiene un contrato de masaje, enfocará su trabajo en la identificación introyectivo somática, revirtiendo lo que percibe para el lenguaje del masaje, sin ignorar la necesidad natural de integración psíquica. Para esto, el masajista recurre a la integración psíquica de forma de comprender los mecanismos de defensa predominante, su posible contenido latente y busca con el toque estimular el sustrato somático, o sea, preparar al paciente con su masaje para que este pueda disolver las corazas (muscular, viceral y tisular- Gerda Boyensen habla de tres corazas: la muscular presentada por Reich, donde los musculos estriados del cuerpo establecen un padrón de rigidización o flaccidez crónicos impidiendo al individuo mantener un contacto flexible con los medios interno y externo; la coraza tisular significando el cúmulo de toxinas no metabolizadas en el tejido de la dermis, lo que impide la libre circulación energética; y la viceral, o sea, la gradual pérdida de la capacidad de realización de la psicoperistalsis por parte de los intestinos) y concientizarse del contenido emergente, de preferencia en su psicoterapia. Sin este conocimiento, el masajista corre el riesgo de encontrarse accionando según su propia necesidad de comprensión e integración psíquica de lo que fue percibido en laidentificación introyectiva, proyectando así, su necesidad en el paciente y extrapolando el contrato del masaje a través de preguntas y comentarios interpretativos. El paciente podrá entonces ser depositario de la necesidad del masajista , invirtiendo el proceso de identificación introyectiva, y accionando con curiosidad, creando espacio para que el masajista interprete más, llevando la sesión a un punto donde ella pasa a ser casi integralmente verbal.

El trabajo con la picoperistalsis y las descargas vegetativas, aunque no substituya la psicoterapia, abre un lugar para que el derretimiento de las corazas sea hecho sin necesidad de concientización por parte del paciente, estimulando su capacidad de hacer auto-regulación y trayendo un estado de bienestar independiente.

Lo ideal es que un trabajo de masaje biodinámico sea hecho en paralelo a una psicoterapia, una vez que, estimulando la psicoperistalsis y las descargas vegetativas, nuevos ciclos emocionales serán desencadenados. El masaje reenciende en el organismo la capacidad de autoregularse y digerir eventos traumáticos sin la necesidad de concientización. Pero no siempre eso es posible. Muchas veces es necesario que haya una integración psíquica conciente para que pueda haber transformación, lo que hace como que el masaje se torne incompleto. Trabajando en colaboración con el psicoterapeuta, el masajista revierte el eventual contenido advenido del masaje para la psicoterapia, manteniendo su papel de “preparador somático”.

El masaje y la psicoterapia se completan de tal manera que queda realmente dificil separarlas, principalmente cuando se habla en psicoterapia de base somática. El psicoterapeuta somático que se sirve del masaje tiene para sí la ventaja de poder tener una lectura mucho más completa del cuerpo del paciente, sin hablar de los beneficios del toque. El masajista que conoce la psicoterapia y sus características básica no corre el riesgo de extrapolar el contrato de masaje y realizar en su consultorio una “psicoterapia impostora”.

Aunque haya sido mi intención estudiar la principal semejanza entre la psicoterapia y masaje para contribuir en la tan antigua convivencia entre las dos, las cuestiones que aparecen al final de este trabajo parecen apuntar para algo mucho más complejo: qué es lo que un ser humano puede sentir en otro? Cual es el límite? Se la identificación introyectiva nos dice que podemos sintonizar con aquello que el otro nos proyecta inconcientemente, serán pensamientos y sentimientos entonces posibles de ser transpuestos de una persona para otra sin ser necesariamente expresados? Si, al tocarnos con el otro, podemos sentir en nuestros cuerpos emociones y sentimientos no expresados, cual será el límite de nuestra sensibilidad? Podríamos hacer contacto con todo lo que está inconciente en el otro? Cual es el poder de nuestra empatía?

Buscar tales respuestas parece una tarea infnita. De cualquier forma, son cuestiones que están ahí para ser profundizadas y discutidas. Cuestiones que abarcan toda el área de la psicología, de las terpias corporales y de los masajes.

—————————————————————————————————————

Bibliografía

Aalberse, M: Identificación Proyectiva y Transferencia Orgánica, en Energía y Carácter, El Diario de Biosíntesis, 1994

-Boadella, D: Transferencia, Resonancia e Interferencia, en Cuadernos de Psicología Biodinámica 3

-Boyensen, G: Entre Psique y Soma, introducción a la psicología Biodinámica

-Boyensen,G: La personalidad primaria, en cuadernos de psicología Biodinámica 3

-Gordon, R: La Cura por las manos

-Laplanche y Pontalis: Vocabulario de psicoanálisis

-Miller, R: Masaje psíquico

-Neidhoefer, L: Trabajo corporal intuitivo

Reich, W: La Función del Orgasmo

-Reich, W: Análisis del Carácter

-Schwarz- Salant: Narcisismo y transformación del carácter

-Segal, h: Introducción al trabajo de Melanie Klein

-Storr, A: El Arte de la psicoterapia

-Ruffier, J.E: Guía practica de masaje

-Winnicott, D.: Realidad y Juego

Lic. Gastón Rigo

todos los artículos

Contactanos

Por favor, activa JavaScript en tu navegador para completar este formulario.

Dirección general: Lic. Gastón Rigo

Psicólogo UBA / Psicoterapeuta Corporal con Certificación Internacional

International Senior Trainer of Biosynthesis