La intención de este trabajo es presentar una forma posible de pensar la historia que cuenta Lars y la chica real*. A modo de síntesis, esta película relata un momento en la vida de un hombre de 28 años (Lars) que vive en el garaje de la casa de su hermano Gus y su esposa Karin (embarazada de pocos meses) y que «de repente» desarrolla un vínculo amoroso con Bianca, una muñeca de plástico. Tomaré, principalmente, conceptos winnicotianos: llaves e instrumentos para producir un hilo de sentido. Por otro lado, plantearé algunas relaciones con conceptualizaciones de Melanie Klein. Por último, esbozaré algunas conclusiones. Conclusiones que se desprenden de «mirar esta historia» a través del marco teórico mencionado.
Lars y el falso self.
Me parece posible pensar un vínculo entre el «modo de ser» de Lars y el concepto de falso self. Winnicott (1960) plantea que la naturaleza del falso self es defensiva y que lo defendido es, en todos los casos, el verdadero self. Ubica el origen del falso self al inicio de la relación madre-hijo: la madre que no es «suficientemente buena» fracasa en brindarle al niño una continuidad existencial. Esta madre no puede adaptarse «casi un cien por cien» a ese niño, no puede brindarle sostén en un momento en el cual aún no se halla integrado y las agonías primitivas** están al acecho. El falso self, como organización defensiva, ofrecerá la continuidad que el ambiente no logra proveer. Esta organización estará esencialmente basada en la adaptación: el niño se verá forzado a reaccionar aceptando las exigencias del ambiente, a reaccionar para sobrevivir. Winnicott ubica que este falso self puede permitir un «como si» de vida, pero no en los términos de hacer experiencia, de vivir «realmente».
Este autor sostiene que «sentirse real es más que existir; es una forma de existir como uno mismo y de relacionarse con los objetos como uno mismo, y de tener una persona dentro de la cual poder retirarse para el relajamiento».
Lars puede levantarse cada día, peinarse, vestirse, manejar un auto, ir al trabajo, pero algo en él no parece ser «real». Se asemeja a lo que Winnicott llama «ficción de realidad». Lars es extremadamente correcto y amable con los demás, extremadamente dulce y amoroso, sus expresiones extremadamente estereotipadas: son para el afuera, no parecen reflejar algo que brote de su propio gesto.
Dentro de las clasificaciones de falso self que Winnicott presenta en «Deformación del ego en términos de un ser falso y verdadero» (1960), podría pensarse a Lars en el extremo más alejado de la salud: su falso self toma el lugar de la persona real. Interpreto que su rasgo evitativo y huidizo del contacto vincular íntimo está relacionado con esto: la intimidad de una relación se configuraría como un espacio en el cual el falso self fallaría. Ahí «dónde hace falta una persona completa», se descubre que no hay una existencia en términos de una persona, de un sí mismo.
Dentro del hilo de sentido que me propongo plantear de aquí en más, el vínculo de Lars con Bianca se presenta como crisis y posibilidad de que algo de su verdadero self pueda asomar… sostenido por un ambiente facilitador un tanto particular!
Bianca como fenómeno transicional.
Me interesa establecer en qué sentido sostengo que la relación con Bianca constituye para Lars un espacio transicional. Winnicott (1951) afirma que existe una «zona intermedia de experiencia» que no es desafiada, que existe como lugar de descanso «para un individuo dedicado a la perpetua tarea humana de mantener separadas y a la vez interrelacionadas la realidad interna y la exterior». En esta zona de experiencia ubica los objetos y los fenómenos transicionales.
Algo de la realidad externa conmueve el devenir estereotipado de la vida de Lars: el embarazo de su cuñada, Karin. En los primeros minutos de película hay esbozos de que «algo le pasa» a Lars con el embarazo: mira la panza de Karin con ansiedad, le ofrece abrigo con extremada preocupación. En estos primeros minutos ya puede verse que esta «realidad externa» impacta de un modo particular en Lars. Podría pensarse que algo de la interrelación entre lo externo y lo interno plantea un difícil desafío. Al comienzo se retrae, deja casi de vincularse con el mundo, para luego volver de la mano de una novia: Bianca, una muñeca de plástico que le brinda un espacio de calma para intentar poner en relación estas dos realidades. Es posible entender que Bianca ofrece un marco transicional que por un lado delata la incapacidad de Lars para adaptarse a la nueva realidad y al mismo tiempo prefigura un avance creciente en dirección a poder aceptarla.
La aparición de Bianca en la vida de Lars y, por ende, en la vida de Gus y Karin deviene en una visita a la médica y psicóloga del pueblo, la doctora Dagmar. «Bianca viene desde Sudamérica, de un largo viaje, entre el cambio de clima y el stress debe necesitar una revisación», opina Karin. De este modo convence a Lars de visitar a Dagmar. El vínculo con esta médica operará como ambiente facilitador y este ambiente se extenderá a todo el pueblo que se adecuará a las necesidades de Lars: nadie le preguntará si Bianca fue concebida por él o le fue presentada desde afuera (Winnicott, 1951).
Un pueblo entero como ambiente facilitador.
Winnicott (1963) plantea que en el desarrollo emocional del niño hay un camino que va de la dependencia absoluta para llegar a un «hacia la independencia», pasando por la dependencia relativa.
También menciona en «Replegamiento y Regresión» (1954) la posibilidad de retornar a la dependencia en el marco de la transferencia (regresión en transferencia).
No puede pensarse el desarrollo emocional del niño por fuera un ambiente facilitador. Este ambiente sería en un principio el propio vientre de la madre, luego sus brazos, más tarde será el clima del hogar que padre y madre ofrecen (Winnicott, 1963).
En la fase de dependencia absoluta la preocupación materna primaria es el estado que, según este autor, permite a la madre identificarse casi totalmente con el niño, saber qué necesita, adaptarse a él casi un cien por cien. En la dependencia relativa es esperable que ese ambiente comience a fallar, en fragmentos tolerables por el niño. Cuotas graduales y soportables de frustración, necesarias para la maduración. El «hacia la independencia» sería la fase siguiente del desarrollo emocional.
La provisión ambiental falla en la historia de Lars. Algo de esto ya fue mencionado en el primer apartado del trabajo en relación al falso self.
En el trascurso de la película se va revelando que la madre de Lars murió durante su parto, que eso dejó a su padre muy deprimido y que su hermano Gus (apenas llegó a la adolescencia) huyó de la casa familiar, quedándose así Lars muy pequeño con su padre arrasado de tristeza. En una sesión con Dagmar (minuto 57:30) Lars se angustia mucho al hablar de la posibilidad de que las madres mueran durante el parto: comienza a frotarse la cara, se queda sin aire, se para, camina por el consultorio, comienza a transpirar, se saca el sweater, «Es muy peligroso, es muy peligroso, no me gusta pensarlo», dice. Se comprende, mejor a la luz de estos datos, el choque que produce en él el embarazo de su cuñada: toca lo no elaborado de la muerte de su propia madre y también el miedo de perder a Karin (uno de sus pocos vínculos afectivos actuales)
Dicho lo anterior, me interesa ahora establecer algunos nexos entre la noción de ambiente facilitador y el medio que se dispone a ofrecer la doctora Dagmar (y luego el pueblo entero) en el momento de aparición de Bianca. Momento que podría pensarse como una regresión a la dependencia, chance para Lars de hacer una experiencia que en su historia no fue posible realizar.
Dice Winnicott (1950) que uno de los usos del término «regresión» en psicoanálisis describe «aquel estado de un adulto o niño durante la transferencia (o en cualquier otra relación dependiente) en el cual abandona una posición avanzada y restablece una dependencia infantil. En este empleo del término, indirectamente se introduce el ambiente, ya que la dependencia exige un ambiente que atienda a ella».
La doctora en las sesiones terapéuticas y varios de los personajes del pueblo, parecen adecuarse a las necesidades de Lars y luego desadecuarse gradualmente: el cura de la Iglesia recibe a Bianca en la misa, la peluquera del pueblo le corta el pelo, se la invita a la fiesta de compromiso de una compañera de trabajo de Lars, es bañada y vestida por Karin. Lars siente que su «pareja» es recibida, alojada por todos.
En esta atmósfera de aceptación, Lars logra exteriorizar muchas de sus inquietudes: su miedo a que Karin muera durante el parto (igual que su propia madre), sus dificultades para recibir contacto (le duele cuando lo tocan, siente que el contacto le quema la piel, se pone muchas capas de ropa para sentir menos), su no saber cuándo un hombre se convierte en hombre (cuándo se deja de ser niño).
Una de las frustraciones que este ambiente comienza a proveer puede observarse en la escena en la cual la señora Gruner se lleva a Bianca al banquete de voluntarios del hospital (1:02:23) cuando Lars creía que jugarían Scrabble juntos. Esto da lugar a un gran enojo en él, enojo que logra expresar frente a Karin, y que a mi entender, es un momento clave para la posterior «muerte» de Bianca.
Margo: un pequeño comentario.
Margo es la nueva compañera de trabajo de Lars. También asisten a la iglesia juntos, ella canta en el coro. Hay dos escenas al comienzo de la película en las que ella intenta acercarse a él. La primera en la iglesia (05:01) donde ella simplemente lo saluda, se queda parada mirándolo a los ojos, sonriendo y luego de unos instantes le dice «supongo que te veré mañana en el trabajo». La segunda escena transcurre en el trabajo (07:55), donde ella le sugiere compartir el auto, ya que los dos vienen del mismo lado del pueblo. En ambas escenas podría inferirse, por la reacción de Lars (con su batería de gestos estereotipados: sonrisa fija, cuerpo rígido, parpadeo constante), que Margo se configura para Lars como un objeto persecutorio (objeto malo, Klein). Pareciera que las ganas manifiestas de Margo de acercarse provocan en él un tremendo terror expresado en una actitud corporal análoga a la huida o a la parálisis.
A lo largo de la historia, algo de esta distorsión (la de sentir a Margo como peligrosa, terrorífica, atemorizante) va corriéndose y dejando lugar a una «relación más realista con la realidad» (Klein, 1930). El interés de Margo por Lars, sostenido en el tiempo, le brinda (a él) el marco necesario para, primero desarrollar su capacidad para tolerar la angustia (que en un comienzo le produce en tanto «objeto persecutorio»), y luego, levemente más integro, poder acercarse a ella en busca de una relación.
Algunas conexiones con el duelo y la posición depresiva
A modo de cierre, me pareció interesante sumar otra lectura, paralela, respecto del rol de Bianca en la realidad de Lars.
De algún modo podría pensarse a Bianca como primer «objeto total» en la vida de Lars (Klein, 1952).
Al comienzo de la película Bianca es únicamente el objeto amado, perfecto. Es el objeto que otorga satisfacción (objeto bueno, Klein). Pero al avanzar la historia, Bianca pasa a reunir lo amado y también lo odiado. Lars hace proceso con ella: se enoja, se permite odiarla porque ella «tiene otras cosas que hacer aparte de estar con él», para luego tener una charla «reparadora» (Klein, 1952). Lo odiado y destruido es también lo amado y esa convivencia de impulsos en un mismo objeto, trae para Klein la «necesidad dominante de reparar».
Es posible ubicar que esta fase del vínculo entre Lars y Bianca guarda una analogía con la «posición depresiva» (Klein, 1940). Esta autora plantea que el niño experimenta estados similares al duelo adulto en dicha fase: lo perdido en ese caso es el pecho bueno, gratificador (objeto parcial, posición esquizo-paranoide).
Traspolando algo de lo mencionado a la historia de Lars, quien en apariencia parece no haber podido «duelar» en su infancia, se puede considerar que la relación con Bianca le brinda un espacio para atravesar la experiencia de un duelo.
De hecho, sobre el final de la película, Lars va desinvistiendo, «pieza por pieza» (Freud, 1915), las expectativas respecto de esa relación y esto acaba dando lugar al encuentro con Margo: tras el duelo Lars puede investir un nuevo objeto de amor.
Conclusión.
Desde mi perspectiva, Lars experimenta una micro transformación vital acompañado por Bianca: avanza un milímetro en dirección a una vida más real. Bianca es condición de posibilidad para que algo de su estar en el mundo, se aleje un poco del «existir» y se acerque mínimamente al «vivir». Su expresión cambia: algo vital comienza a colarse entre sus habituales respuestas estereotipadas. Su apariencia cambia: ahora levemente más despeinado, menos obsesivamente prolijo. Sus vínculos cambian: puede dejarse acompañar por las «viejitas» del pueblo en un momento de crisis, puede enojarse con su cuñada, puede mantener una charla con su hermano, puede intentar acercarse a una mujer de carne y hueso (invitarla a jugar al bowling, darle la mano, mirarla a los ojos).
En síntesis, Lars logra dar un paso en dirección de ampliar su campo de experiencia.
* Película estadounidense-canadiense escrita por Nancy Oliver y dirigida por Craig Gillespie (2007).
** Las agonías primitivas (o angustias impensables) son para Winnicott (1960) la sensación de desintegrarse, la sensación de caer interminablemente, el sentimiento de que la realidad externa no puede usarse como reaseguración. Todas vinculadas a las fallas en el sostén (fase dependencia absoluta).
Autora: Yamila Turbay García
Estudiante de Psicología (UBA). Profesora de Canto. Actualmente en proceso formativo de validez internacional en Biosíntesis.
Trabajo escrito en el marco de la cursada de la materia Psicoanálisis: Escuela Inglesa (Cátedra I), Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.
Referencias bibliografícas:
Freud, S: «Duelo y Melancolía» (1915) Obras Completas, Tomo XIV. Amorrortu Editores.
Klein, M: «Algunas conclusiones sobre la vida emocional del lactante» (1952) Contribuciones al psicoanálisis. Bs. Aires, Hormé, 1964.
Klein, M: “El duelo y su relación con los estados maniaco depresivos” (1940). Contribuciones al psicoanálisis. Bs. Aires, Hormé, 1964.
Klein, M.: «La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo» (1930) Contribuciones al psicoanálisis. Bs. Aires, Hormé, 1964.
Winnicott, D.: «Deformación del ego en términos de un self verdadero y falso” (1960) en el Proceso de maduración. Edit. Paidós. Barcelona. 1970.
Winnicott, D.: “De la dependencia a la independencia en el desarrollo del niño” (1963) El proceso de maduración en el niño. Barcelona. 1979
Winnicott, D.: “Ideas y definiciones» (1950) Exploraciones psicoanalíticas I. Paidós, trad.: L. Wolfson, Buenos Aires. 1989
Winnicott, D.: : “La relación inicial de una madre con su bebé” (1960) La familia y el desarrollo del individuo. Buenos Aires, Hormé, 1980.
Winnicott, D.: “La integración del ego en el desarrollo del niño” (1962). Edit. Paidós. Barcelona, 1970.
Winnicott, D.: ”Realidad y Juego” Cap. I, III, IV, VI, VII y IX. Barcelona, Reimpresión. Bs. As. Gedisa. 1986
Winnicott, D.: «Replegamiento y regresión” (1954) Escritos de Pediatría y Psicoanálisis. Edit. Paidós Barcelona. 1970.